El Atila del sur Page: 48
112 p.; 23 cm.; ill.; ports.View a full description of this book.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
^ —A**— . ^
Aquel hombre hizo un gesto de furor y me apuntó; pero de pronto,
y sin esperarlo, sonó una detonación y mi contrario cayó al suelo ba-
ñado en sangre.
Un hombre de cabellos y barba rubia se presentó en escena, lle-
vando en las manos el rifle todavía caliente.
---¡Qué haz hecho. Dios mío!—dijo apareciendo la señora X.
—Salvarlo, lo mismo que á su amante,
—¡Es un asesinato!—clamé horrorizado.
—Y ahora, ¿qué hacemos? se va á descubrir el crimen, dentro de
un momento vendrán los criados.
---No se descubrirá nada, señora, la finca comienza á arder y al ra-
to será pasto de las llamas. Nosotros estaremos lejos; los caballos es-
tán listos.
Y ¿dónde vamos? preguntamos á coro.
---Pues con los zapatistas. Allí estaremos seguros. Recoja Ud.
señora sus alhajas; el dinero que había lo llevo yo. Ud., joven, me de-
be la vida, por lo tanto, déjese guiar. ¡Adelante!
Obedecimos, emprendiendo el galope hacia las montañas.
Más tarde leí en los periódicos que el incendio había sido obra de
los zapatistas.
La señora X. muy conmovida; el hombre del pelo rojo, risueño, ca-
si feliz; yo indiferente y pensativo, caminábamos adelante, siempre
adelante.
El ruido que produce la caballada llego á nuestros oídos y poco
después distinguimos una nube de polvo.
Mi amada detuv<5 su cabalgadura. Yo la imité, poniéndome á su
lado para defenderla-
—No teman, dijo nuestro guía sin abandonar su sonrisa, es el Ge-
neral Vázquez que trae una misiva para mí, del Atila del Sur.
—No comprendo—repuse.
—Se lo explicaré: hace mucho tiempo que en Cuernavaca soy
Agente del Zapatismo.
Pronto tuvimos á la vista á toda una legión de revolucionarios per-
fectamente bien armados, que hicieron alto á cierta distancia, adelan-
tándose el que parecía Jefe.
Saludáronse afactuosamente aquel hombre y el de los cabellos ro-
jos.
-Celebró haberlo visto, General Vázquez.
—Gracias; igualmente; aquí le traigo la comunicación del generalí-
simo y el salvo conducto.
—Bien, bien.
Charlaron un breve rato y partimos luego siguiendo las indicacio-
nes del General Vázquez. Así llegamos áuno de los campamentos del
Atila, donde hicimos alto, siendo tratados con inumerables considera'
ciones y respetos.
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This book can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Book.
Ribot, Hector. El Atila del sur, book, 1913; México, México. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth149937/m1/56/: accessed April 24, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting University of Texas at El Paso.