El Bejareño. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 11, Ed. 1 Saturday, March 15, 1856 Page: 1 of 4
four pages : ill. ; page 17 x 10 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
X. DEBRAY y A. A. LEWIS Editores
Oficina— en la Plaza de armas,
SAN ANTONIO, SABADO, 15 DE MAK'ZO 1856 NO.l 1. •
CONDICIONES:
ESTADOS UNIDOS
U'uatro pesos al año. | Adelnu-
l>a«e reules por Trimestre í tauo.
MEJICO:
íiuno pesos.
Pr«cios de AtEsos ;
Ijo* bollos de ¿Yauhcim.
$ !,«<)
O.óll
0,20
lJw cada cuadro do ocho lineas o menos,
1a inaercion subsecuente,
Despues du un mes,
Torgetas de comerciante?, por 10 lincas
o menos, ni uño,
?<*r seis meses,
l"or 3 meses
Anuueio do candidatos
,í35~ Comunicaciones o avisos en len^uag# ofensiTO,
ae tarún recibidos l>ujo ninguna, consideración.
$ 8.0(1
ft.ül)
n.oo
5,liÜ
"\gcntcs:
J>u4i Jílrciso Leal, "1
l on Mariano II. (jarcia, - San Antonio.
|ion Julius llerends, j
Don Aíruatiu Soto/ Laredo.
1 )on Juan Newton — Paso del Aguila.
Don láütevan do la Car/.a — Calaveras y los Arroyos.
iíou Jesús Lujan — El Paso del Nortu y vecindad.
JL>3 Rafael Al.lrete — Hefagio Jte
Avisos de Abogados.
J. Ií. IMJCIIANAN, abogado y consojero en ley.
&uji Antonio. Tojas, dará todo su tiempo a los que se
¿Lrran oeciiparlo. OlÍLina en la Plaza de Armas, lado
*i«! Norte.
J. II. Dl'NCAN, abogado y consejero en ley, San
Antonio, Tejas, practicará en las cortes do Distrito de
km Condados de Bejar, Medina, Gillespie, Comal, Oua-
4alupe, Karnes, Gonzales y Caldvrell, y en las cortes
•'Auprema y Federal en Austin.
jacoijo vvákt;dek, consejero un ley, 8an
Ati ionio, practicará en las cortes do Distrito de los Con-
dados de Guadalupe y Medina, y en las cortes Federal
y faprema. en Austin. Atenderá con esmero y pronti-
tud todos asuntos que le serán confiados.
""'¿Vseilñr JUAN E.
•«msejero en ley,"San Antonio, Tejas, practicará en las
nortes del Segundo y del Cuarto Distrito, y on la Corto
Federal en Austin. Atenderá fiel y diligentemente a ta.
«¿o# l«ie asuntos (pie so lo encomienden. So oceupa tam-
4«J cobro de deudas, reclamaciones, ¿c. te., y hará de
y.¿'unte de tierras.
Otifina — Callo de la Estafeta, frente a la tiéndalo
>«« Señores Groesbeeck <fc Freneh. El Señor S. kabla
«1 Castellano, Francos y Alemán.
W. II. (ILEVGLAND, abogado y consejero en
!ey,V Notario Publico, Son Antonio, Tejas, atenderá
¡uj asuntos (pío se le encomienden; habla el idioma Ca-
ikeiluno. Oficina Calle de Treviño. •
A. A/LEWIS, Abogado y Consejero en ley, *tan-
•«.ji.coM esiuofo tono negocio ipie su iu eneomit,ude.
jfileina del liEJAllEñO, Plaza de Armas.
¡¡i. íi. MUSTON, Abogado y consejero en ley, San
Aatonio, Tejas, atenderá con prontitud los negocios
«ftw «e le encomienden. Oficina, en la Plaza de Armas,
«ivttdc se le encontrará a todas lloras.
Ftauli EGAN, abogado y consejero en ley, agente
yetieral de tierras, ¡>iui Antonio, Tejas; todo asunto que
i le encomiende recibirá la mayor atención.
Ofieina — Frente do la Casa de Corte.
tí. M. I. EWIS Abogado y consejero en ley, San
Afctouui, Tejas, Oficina, Callo de Troviño.
Rtaftsel How ard, j. A. Wilcox.
Howard & Wilcox, Abogados, San An-
*wio. Tejas, su oficina en 1* calle de Soledad.
A. II. Davidson, M. G. Atidersou
r>AVíI>€ON Y .4KI)KRS0X. Abogado y consejorn
«■u ley. San .4ntonie, Tejas, praeticarán en lüs eorW
<io ©inlr'.to de los condados d# Bejar, 3fedi<U., Oillnl-
fie, Comal, Guadalupe, Izarnos, Gemíale , y Caldwell,
T en la cortea Federal y Supternti en Austin — Ofiei-
"u —esquina de la calle de Comercio y; Flore , frente
& vijeodá d,e Don F. Guilbeuu. El Sr Ande/son hábU
• «íWi f- nStéí]j¡Mjo.
«•iMidlfu.
Joan Malloy, Ju<* do Pas en la «lutfad día
Aatonio. Oficina en la pía xa do Amaa «enado U
I.
La baronía de Fichtanpferlick era ana baro-
nía muy singular, y mas siogular aun «ra el
castillo dol mismo nombre.
Y no porque este eaitillo dominase un paia
poco favorecido por la naturaleza, nada de eso.
Situado en el Wefcterau, esa comarca rica y fér-
til que ae eitiende al noroeste de Francfort, so-
bre una de las eolinaa mas alpestres de la so-
berbia cadena del Taunus, con el Mein á la de-
recha, y a la isquierda «ti Rkin, eoa usa selra
sombría sobre sus hombros y un hermoso lago
i sus pies, el castillo de Fiehtanpferlick se ele-
raba en uno dejlos sitios mas asombrosos del
mundo y habia debido Ver hermosos dias.
Pero hacia tiempo que ese magnifico territo-
rio no era suyo, y esos hermosos dias habían
desaparecido para siempre.
El grueso torreon desmantelado, decapitado
por el cañón de las guerras, ya nó se mante-
nía sobre la roea sino por un milagro de equi-
librio. Las torrecillas que el tiempo habia des-
pojado de sus agujas, dejaban flotar & todas las
brisas del Tasnus la Terde cabellera que todos
los a£os renovaban las plantas parásitas. Por
todas partes breehas que el musgo transforma-
ba en grutas esmaltadas de flores,; por tedas
partes el derrumbamiento y sus mil caprichos
montañosos cubiertos de la vegetación amiga
de las piedras; por todas partes la vidriera
rota, si no estaba abierta k todas lai incursio-
nes, á todas las canciones del viento; por to-
das partes la ruina, el abandono . . .
Yo no nú si mis lectores ser^n como yo . . .
pero 4 mí me gusta mucho así mi viejo- cinti-
llo de Fichaapferliek.
Pero . . . v6a«o lo que ea la ingratitud hu-
mana ! Los últimos Fichtanpferlick no parti-
cipaban de este cariño.
Y la baronesa, una verdadera alemana de la
noblesa, alta, larga, seca, colorada, no menos
devastada, pero no menos majestuosa que su
castillo, era la primera que le aborrecia. Bes-
de su mas tierna juventud se habia consagrado
al celibato, pues «ra demasiado orgullosa de su
nobleza para permitirse una alianza desigual
con un noble cualquiera ó eoa algún vilano
rieo.
Tutor* natural de un sobrinito que la muer-
te casi simultanea do su madre y de au padre
habia dejado huérfano casi en la euna, la ba-
ronesa habia vivido sola en el viejo castillo con
el niño, el último de loa Fichtanpferlick.
Pe toda la servidumbre de los antiguos dias
no subsiatia ya mas que un criado, mavse
Zmann, un verdadero Caleb de la Alemania.
Ka tanto que >1 hermano de la soltarena ha-
bia vitido, tu gvado en «1 ejército, su gueíto
ea la oorti y el temor que inspiraba en todó el
eanton habian mantenido las eosasen buen es-
tado : poro una vea que 1m puertas deteríoira-
da dol castillo s* abrieron para dar lalida 4I
cadáver del amo, uaa Hn|la«ab!é jáuria de lo-
bocy sdrioo M ap^Oveoiió. de la ocasión páf ]"
invadir «LéMMlo r fMfcipa baita Wfrrttt*! |L |
pensiones 4 cuyo beneficio habia sostenido su
rango aquella eaaa, y no dejaba 'otra herencia
que aus deudas.
Prceiso fué vender las ultimas alhajas, los
últimos caballos, la« ultimas carrozas, los últi-
mos privilegios y las ultimas fanegas de tierra
de la baronia dé Fichtaupferlick. Pero el ho-
nor quedó salvo.
El huérfano no pudo eoitar sino con su tia
y oon maese Zsaann. Pero no hay que reírse
. . . pues oran estos dos tesoros inagotables de
aantas afecciones, de principios aublimes.
Con una resignación inmediata y heroica la
baronesa emigró de los aposentos de honor, cu-
yo euidado exigía gastos imposibles ya, y tras-
portó la cama dorada de su querido pupilo i
un ouartito en buen estado de conserración,
pefo ¡ ay ! donde el invierno antes se abriga-
ban los criados de la casa.
Allí ae gutaria menos en lumbre y se podría
desafiar mejor el graniso y la llavia, la nieve y
el viento, que, en la misma noehe, ain duda pa-
ra tomar posesion do los salonos altos que ab-
andonaban & sus devastaciones, celebraron su
invasión tumultuosamente, con una de las maa
horribles tempestades que so haya visto jamis
on el mes de Noviembre.
Al otro día maesa Zmann lloró al contem-
plar los deatroaos de la noehe.
El buen maeao Zmann .... con tal de que
el castillo rcaistiera, con tal que el honor de loa
Fichtanpferlick permaneciese intacto, con tal
do que sus oodoa no asomaran mueho por au
inmortal librea, que fué verde, qué le impor
taba lo demaa I. . . Sin aalario, sin propinas,
casi sin comida y ain esperanaaa de mejorar de
auerte, continuó airviendo contento 4 los Fieh
tanpferlick, y hasta logró reemplazar él solo 4
todos loa demás criados.
Maeao Zmann ora pues niñera, cocinero,por-
tero, barrendero, jardinero y inajordomo. Pero
quiaha so mo dir4 : ya no habia jardin ¡ 4 lo
que respondo que nuestro infatigable Caleb ha-
bia creado uno on aquel noblo patio donde an
tea liabia resonado el noble ruido de las armas
. . . Por desgracia las plantas do maese Zmann
recibían la sombra de laa construcciones en
pié todavía, de modo que el buen Caleb, % pe-
aar da ana heroicos cafuerzoa, apenas habia lo-
grado rccojer maa que un puñado de judiaa y
algunas legumbres.
Quiero decir que invariablemente se comían
judiaa desde hacia veinte añoa en la meaa de
la baroaeaa, oon ensalada de lechuga, cuando
era tiempo do ella.
A cato ae unían, en verdad, loa productos*
del gallinero que Maeao Zmann habia estable-
cido en la antigua sala de loa guardias, 7 loa
del paloman, instalado en la difunta torrecilla
del difunto torreon^ con loa congrejoa y las tra-
ehas que pescaba en loa arroyo do laa
n¡M, 7.algún conejo q^a salta ik pasearse por
la orilla ¿«1 bosque . . , En cuanto 4 cas* **
pan loa nobles | ctaado «1«.
II.
El dia tan deaeado llegó por fin.
En cuanto el pastor de Ja aldea enseño 4 le-
er al joven Frita y le mandó hacer la primera
comunion, maese Zmann le entregó aolemnc-
mente el arma aagrada, murmurando con voz
conmovida:
— Ahora oa toca 4 vos, aeñor barón, procu-
rar asadoa para la mesa de vuestra tia. Señor
baren, 4 ver ai hoy miamo ae va aobre el man-
tel uaa do eaaa noblea piezas do que durante
tanto tiempo ha estado privado el castillo de
Fichtanpferlick.
El joven no se hizo repetir cata palabras,
y echándose al hombro con impaciencia la es-
copeta paternal, desapareció 4 paso rápida por
entre los ái boles de la selva vecina.
Maese Zmann estaba loco de orgullo y de a-
legria.
Pero 1 como se aumentó su júbilo, cuando
aquella miama tarde su joven amo volvió 4 pre-
sentarse triunfalmente con un suberbio cab-
rito !
Y lo mismo sueedió los días siguiente*, pu-
es lejos de desmentir aquel principio brillante,
el noble joven continuó mostr4ndose el digno
vastago de los grandes cazadorea sua aatepaaa-
doa. Faisanes, ciervos, gamoa, y javalíes,
hasta llovian casi diariamente an el oastillo lo
mismo^que un maní celeste.
Esto era demasiado para tres personas, y ma-
ese Zmann, que lo conoció, principió 4 trafi-
ca/ y cambiar con los earnicaroa do Frederik-
atad y con los tenderos de comestibles de Frane-
fort. t
Y aai sucedió que todo llegaba ahora al oa.
stillo, haata los platos maa delieadoa, hasta tas
golosinaa mas exótica^ hasta Iba vinas mas fi-
nos, hasta los cigarros maa exquisitoa para el
gloaioso autor decantas prosperidades.
En cuanto 4 la mesa, todo' marchaba 4 laa
mil maravillas, ¿ pero lo demaa ? . . . Primera-
mente el castillo ameaasaba desplomarse un
dia aobro las cabeaaa de sus habitantes, y des-
pués el garderopi. estaba exhausto; apenas
quedaban algunoa vestidea del difunto, que
economiz4néoloa podrían servir hasta nuova
orden para Frits; paro la majestuosa tia tenia
que echar mano da laa colgaduraa, y maese
Zmann mas da una vos habia tenido que sacar
un oalaon de los forros da un par de sillones.
III.
Muehos años pasaron aaí, encorvando mas y
mas al criado viejo, pero ain diiminnir su¿u-
toridvL
La tia Ulrica se encorvaba también oem los
años, pero por una excepción caai increíble se
inclinaba hacia atrae.
En cuanto 4 Frits, erecia7. se embellecía 4
ojoa vistoa. A los diei y seis añoa era un pre-
ciso querubín, un poco, salvaje, ea verdad^pe
ro melaneólioo, poético, y ouyoa grandea^jaa^
larM MbclJeia dorad* Ity^fan y* Ja
ateMÍ a.de la muchac,has del Tapwu.,
i A lo veint^ añoa, alto ¡ja com^ su |)fdre# 9-
4l támm
m mm & J>w wmiwk
,14 accopatn Fie
europeo,
(dantiaiacleB la fojy^4n.)
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This issue can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Newspaper.
Debray, X. & Lewis, A. A. El Bejareño. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 11, Ed. 1 Saturday, March 15, 1856, newspaper, March 15, 1856; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth178192/m1/1/: accessed March 28, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting The Dolph Briscoe Center for American History.