El Bejareño. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 15, Ed. 1 Saturday, April 12, 1856 Page: 1 of 4
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e
X. DEBRAY y A. A. LEWIS Editores.
TOMO II.
SAN ANTONIO, SABADO, 12 DE ABRIL 1856 NO. 15.
; v- 4 .i;
CONDICIONES:
ESTADOS UNIDOS:
f ¡nutro pesos al aflo. 1 Adclnn- .
]) iox reales por Trimestre j tado.
MEJICO:
'.'¡neo pesos:
Precios de Avisos:
Tur cada cuadro do ocho lineas o menos,
hti inserción subsecuente,
Después de un mes,
Targetas de comerciantes, por l'O lineas
o menos, al año,
Por seis meses,
I'itv 3 meses
Anuucios de candidatos
,£ip** Comunicaciones o avisos en lenguage ofensivo,
no serán recibidos bajo ninguna consideración.
$ 1,00
0,50
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S 8,00
5,00
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Agentes:
Don Narciso Leal,
Don Mariano 11. (Jarcia, !- San Antonio.
Duu .Tulius Uerends,
.Don Agustín Soto, Loredo.
Don Juan Newton — taso del Aguila.
Don Kstevan de la Garza — Calaveras y los Arroyos.
Don Jesús Lujan — El Paso del Norte y vecindad.
Don Rafael Aldrete — Refugio <fcc
Avisos de Abogados.
J. D. BUCIIANAN, abogado y consejero en ley.
San Antonio. Tejas, dará todo su tiempo a los que se
sirvan «ocuparlo. Oficina en lá Plaza de Armas, lado
del Norte.
J. II. DUNCAN, abogodo y consejero en ley, San
Antonio, Tejas, practicará en las cortes de Distrito do
los Condados de Bejar, Medina, Gillespie, Comal, Gua-
dalupe, Karnes, Gonzales y Caldwell, y en las cortes
Suprema y Federal en Austin.
JACOBO WAELDER, consejero en ley, San
Antonio, practicará, en las cortos de Distrito de los Con-
dados do Guadalupe y Medina, y en las cortes Federal
y Suprema en Austin. Atenderá con esmero y pronti-
tud todos asuntos que le serán confiados.
"W;. H. CLEVELAND abogado y consejero en
ley, y Notario Publico, San Antonio, Tejas, atenderá
los asuntos que se le encomienden; habla el idioma Ca-
stellano. Oficina Calle de Treviño.
A A. LEWIS, Abogado y Consejero en ley, aten-
aeracon esmero todo negocio que so le encomiende.
Oficina del ÉEJAREñO, Placa de Armas.
E. (í. HU8T0N, Abogado y consejero en ley, San
Antorvio, Tejas, atenderá con prontitud los negocios
que se te encomienden. Oficina, en la Plaza de Armas,
d onde se le encontrará a todas horas.
Frank EGAPí, abogado y consejero en ley, agente
general de tierras, San Antonio, Tejas; todo asunto que
se 1^ encomiende recibirá la mayor atención.
Oficina — Frente de la Casa de Corte.
H. M. LEWIS, Abogado y consejero
Antonio, Tejas, Oficina, Calle de Treviño
en ley, San
M. G. Andeisen
Russel Howard J. A. Wilcox.
Howard & Wilcox, Abogados, San An-
tonio, Tejas, cu oficina en la cali* de Soledad.
A. H. Dtyidson
DAVIDSON Y ANDERSON, Abogados y consejero
en ley,'Sfcn'AntoniOj Tejas, practicarán en las corte
de Distrito de los condados de Bejar, Medina, Gillas-
pie, Comal, Guadalupe, Karnes, Goizales, y Caldwell,
v en las cortes Federal y Suprema en Austin — Ofici-
na— esquina de la calles de Comercio y Flores, frente
la tiendá de Don F. Guilbeau. El Sr Anderson liábla
h lidioma castellano.
FREDERICO OSSW ALD, Notario Publico y A
gente Gereral tiene el honor de ofreer su servicios al
publico. Despacho Calle de Soledad, frente al puente
i> riera, lyjjO
>H, NOTAUtO PUBLÍtJo en Ca-
¿ttL feto AMopt*<f*«
Wtaf «bí «r i «<*«(« 4 t«*oi lw asocio le«tl«ip le
•■•onlnUton, 8 mcargará de tradneir documento*
* «oalqn&ra claa del Ingle al Kapañol, y Tic Tersa
(WW#a, A!tp4 l« cata dt {mdriilo, Phm Principal.
Un diablo ladino y un soldado
. viejo.
(Recuerdos tradicionales de asturias.)
L
Hace mucho tiempo, mucho, que en la cima
(le una montaña se veía un castillo rodeado de
fuertes murallas. Su dueño era el magnate
mas rico y poderoso del, país, al mismo tiempo
que el mancebo de mas gallarda apostura..
Estaba enamerado de la jóven mas bella de
las cercanías, y como su amor era tan puro
como todos sus sentimentos, se unió á ella con
dulce lazo de ¡Himeneo.
Tranquilamente transcurrieron los primeros
meses de su unión, pero muy pronto la esposa
comenzó á cansarse da aquella vida; el caballe-
ro lo conocía, y se desesperaba sin encontrar
remedio, pues tenia que luchar contra la volu-
bilidad de las mugares,
Como se ve, hace mucho tiempo que las mu-
geres ron volubles.
En este estado se encontraban los dos espe-
sos, cuando el rey de Castilla llamó á la guerra
ti sus vasallos, y el caballero >e marchó gozoso,
creyendo que con la ausencia renarceria el
amar de su muger. ¡ Infeliz! Ignoraba que
si en una muger amante cualquiera cosa en-
ciende «el amor, en la muger cuyo cariño se ha
enfriado, la causa mas mínima completa bu
desvío.
Era aquella una guerra peligrosa, en un
país muy lejano, y el desgraciado esposo & la
ingrata con quien se había unido los peligros
de la espedicion, peligros que ella escuchó in-
diferente. Estaba en cinta de algunos meses,
y juzgaba mas peligroso su estad? que el que
iba á tomar su esposo. ,
Este, en una de laa primeras batallas en que
se encontró, salvó con peligro de la suya la
vida de un compañero, y desde entonces w
juran amistad eterna ; juntos hicieron brillan-
tes hazañas en diferentes países, y su rey en
recompensa les permitió volver & sus estados.
Al realizarlo se abrió Una de las heridas del
caballero, y rogó & su amigo marchase solo
para tranquilizar á su esposa, á quien creia
impaciente
Despues de algunos años de trabajos y aven-
turas peligrosas, el caballero volvió á su casa
esperando sorprender agradablemente su mu
ger y á su amigo. Aunque jóven todavía, sus
cabellos habían encanecido y parecia agobiado
por la edad. Llegó ti la puerta de su castillo,
sonaba dentro ruido y algazara; llama y no es
conocido. En tal estremo pide hospitalidad y
se la conceden. Averiguando el motivo de
aquel festín, supo se celebraba aquel dia el
natalicio del primer hijo. . de su espesa y
sú amigo, casados dos años antes. Quiete ver-
los, entra en la estancia de los perjuros y los
encuentra prodigándolo las mas tiernas caricias.
.Atónito de sprpresa de dolor, .cae desvane-
cido. Jío p^odp crper teí$ perfi^.',f j-
bu
nid, s« }i
ww
'íj fi wwinlii > panfcf
miserables $dúltérw j
con la suya, lachan breves instantes, y «ge el
Jiaballero atravesado de .dos anchas herida*.
-Buen viejo, dije el pastor que mo contaba
esta historia, ¿es esta la relación sobrenatural
que me ofrecisteis? Hasta aquios juro que es lo
mas vulgar del mundo; la inconstáneia de una
muger, la infidelidad de un amigo y una ven-
ganza fallida, son cosas harto comunes. —
Ahora vereis, ahora vereis, repuso él
ido dos esposos y lo
n.
. La npqbe está fría oscura, y húmeda; el
viento aumba en las cavernas, y se oye el ruido
de un torrente.
1, A sus orillas se encuentra el caballero cu-
bierto de sangre. Ni ¿1 mismo sabe donde
está ni cerno ha ido allí: solo recuerda la es-
cena del castillo, grabada en su mente oon ca
racteres de fuego que en una eternidad no se
borrarán.
Desesperado y ardiendo en deseos de ven
gárse, llama al diablo en tres lenguas diferen-
tes : la hora era propi^Éhr no tardó en apare-
cerse. Estaba indispoHRii
dejó por demasiado fácil.
El caballero pide venganza, y el diablo no
pone inconveaiente en concedérsela; empeza-
ron pues, á discutir el precio.
El caballero le ofreció todo cuanto poseia,
pero sabido es que el diablo no necesita esa
clase de tesoros : le ofreció su alma .... á lo
que el diablo contesto, vais bajando la cantidad,
pues con vuestras aventuras soldadescas y oon
haberme llamad , la habéis puesto muy oerca
del infierno, y la cuento como mía ya.
El pobre, caballero se desespera, porque no
tiene cosa mejor que ofrecerle; en tanto el
diablo se atusa la barba, de la que salen rojas
llamaradas, sonriéndose como solo puede son-
reírse el diablo.
Por fin, le dice que en el castillo hay un
niño de cuya suerte puede disponer,. y esto le
haee pensar qué al tiempo de su partida que
daba su muger en cinta, y que por consiguiente
debe ahora tener un hijo de cuftre años
Este recuerdo le hace olvidar su venganza
y solo piensa en su hijo. Pero el diablo, que
témia se le escapase tan buena presa, sopla las
heridas del caballero, inculcando en su cuerpo
la rabia, que le ha.ee revolcarse en el suelo,
pidiéndole de nuevo vengansa.
Mientras tanto lós cuervos graznaban en
eima de su cabeza, y un enorme buho le fas-
cinaba con sus lucientes ojos que tenia fijos en
él con satánica tenacidad.
El caballero completamente subyugado, cier-
ra el contrato, por el (fue dejaba al niño en
poder del diablo por espacio de 16 año# para
ensayar con él sus tentacionos, pero dejándole
solo con su padre mientras se cumpliese la
venganza. El oáballero le pidió rellenes, y el
diablo no pudo menos de darle uno do sus
hijos predilectos Como se ve, aunqne aquel
diablo era muy ducho 6o las habia con un sol-
dado, y en lajguerra se aprenden mucha# cosas
Aquella misma noche, cerrada ya sus herí
das y con iu híjo én los brazéi, el caballón se
ÉS¡L
vep como
í, m
ar&a su aéiilillfeiifcipiiihii « él ** dfé
culpables. En tentó el 4MU no h quitaba ¿1 „ riloa de cabellos rubios se
ojo que tienen todos los diablos y pueden oolo- bajo de iU ^. BUs árales y rasgados ojo,
ca r ¿cude quieran, Entonces le puso én 1 (Continua en la foja 4a.)
nuca, y desde allí lo observaba todo, porque
temía una jugarreta.
En un momento en que el diablo se distrajo
al eojer las almas de los dos esposos, cerró un
poco el* ojo, y entre tanto el caballero aplicó
su boca ql oído do su hijo y pronunció un con-
juro que habia aprendido en la Tierra Santa
y le hizo tres cruces en hts manos, cabeza y la
la, boca. Esta no la pudo acabar completamente
por que el diablo lo atisbaba ya, lo que pudo
ocasionar muchas desgracias.
¿xi,
Han pasado muchos años: en lo mas intrin-
cado de un1 bosque so descubre una cabaña,
e uya entrada está casi cubierta por las zarza*
y otros arbustos ; siu embargo, el humo.denso,
que se exhala á través do la maleza que la
cubre indica que dentro hay un ser humano.
Preguntad á los campesinos del país quien
habita aquella mansión tan miserable, j san-
tiguándose responderán «que el condenado,"
contándoos otras mil cosas que sin duda aviva-
rán de tal modo vuestra curiosidad que hará
entreis conmigo on ella sin ninguna clase de
miedo. ,
Sus paredes están ennegrecidas, cubiertas
de telas de araña, su lecho de tablas y una
piedra que hace veces de asiento componen su
mueblaje: en ella estaba sentado un viejo me-
dio desnudo que tiene la cabeza entre las ma-
nos y 4 cuyos pies dos enormes machos cabrios
de color negro le miran eon una fijeza espan-
tosa : laa rojas flamas que salen de sus ojos
iluminan la habitación, y do vez en cuando
hacen resonar sus dientes cual si fuesen metá-
licos.
En el fondo de la cabaña hay un reloj de
arena : el ruido que hacen sus granos al caer,
vuelve do sus meditaciones al anciano; en-
tonces se levanta: los años y los pesares han
encorvado su majestuoso'talle: hondas arruga
surcan su frente t st oabellos han enoanecido,
y A no ser pó^r iu brillante mirada nadie reco-
nocería en él al antígtd caballero.
Diez y seis años hftft pasado desde- ta noche
fatal en que entregó su híjo al diablo para que
ensayara en él sus tentaciones s hoy es el di;
en que se cumple el plazo, y dentro de breve
momentos se va á decidir él desttino de dos al
' ' 1 f • - ' '• t ¿i '
mas.
Ya han nido las mm*,0J
le eoje el caballero y le vuelve diciendo, "por
última vez;" despues se dirijo 4 la puerta y
asoma su cabeza; gruesas y amarillas nubes
cubren el firmamento: no corre la, mes ligera
brisa; sin embargo las hojas de loar árboles so
entrechocan produciendo un triste murmujlo;
aunque todo está tranquilo,, so siente á la na-
turaleza prepararse para un acontecimiento ter-
rino.
• Las urracas, los euervos y Ipe grajos granan
en las copas de los robles; todos los demás sé-
ntit.iiifti.ah
«eoínto tári ! «muí
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Debray, X. & Lewis, A. A. El Bejareño. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 15, Ed. 1 Saturday, April 12, 1856, newspaper, April 12, 1856; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth178196/m1/1/: accessed May 8, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting The Dolph Briscoe Center for American History.