El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 79, Ed. 1 Saturday, August 2, 1890 Page: 2 of 4
four pages : ill. ; page 24 x 17 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
—-H
W-tSmim
mamm
hBHPI
w* m
^Pp1?
i
I
ifíis
NEGOCIANTE EN
Totes, Pastura. Ojalateria, Cristalería y Productos del País
chumido'r hallará on abundante snrtido de víveres i precio bajo .
LA
Hiia del amante
r.
ESQUINA DE LAB ÜAULEB LABEDO Y COMERCIO
TTT
—T-
VBRBIÓJÍ ESPAÑOLA.
■ .í'm • ^ •
J
1POR
Arth
%4
A. Mattiiey.
>*
:J:o:$:
-^-Porque vivís siempre sepa- «bren á ciertas horas y no
rado de vuestra esposa. \ Entráis Jp-rfu me sino en la soledad de]
Es
COMiaCIANTJE **-
•?
Botas, Zapatos, Botines, Chinelas, Indianas, Imperiales, Sora
breros, y Bopa hecha de todas olases.
Ferretería, Mercerir, Medicinas y Abarrotes.
PreGios reduGidismos g ventas al eontado.
SANTA CBUZ, DUYAL CO., TEXAS.
^ífazapio ^GijaR^
:3:0:3:—
Galle de Laredo al Sur, No. II.
Zapateriíi Mexicana.
Se iicanos mejores materiales, importados y del l'ais
lÉP-1
@J. /f. ©anta,
JOYERO Y RELOJERO.
Ofrece sus servicios ai público, garantizando satisfac-
ción en la compostura de relojes finos y corrientes.
En el RfttyO DE JOYERIA puede hacer todo lo
' que se desee a precios modtitos
NÚM. ti CALLE LAREDO, al Sur. San Antonio, Tex.
—Entonces, ¿qué hacer?
preciso, siu embargo
—Dejadme continuar. Si e
un hombre de mundo, esto hasta
le conviene; le proporciona pres-
tigio entre las mujeres, que to-
das tienen su lado romántico....
¡ Un hombre que mata á su mu-
jer por celos! ¡Qué episodio de
tanto interés!... .¡Cómo se tiem-
bla ante su mirada!... .es adora-
ble, pero... .vos 110 sois de estos
hombres.
—No, ciertamente.
—vLo que quereis es la consi-
deración del inundo; lo que so-
ñáis es ser un hombre seii > á la
vista de los demás hombres, ser
magistrado, revestir un carácter
oficial....
—Cierto, cierto.
—vEntonces nada de escándalo,
amigo 11110.
le sin
alguna vez de noche en su cuarto ?
—Hace meses que no he pues-
to en él los piés; me recojo el
primero en la alcoba coi^tigua á
mi despacho; ella habita el piso
segundo desde que se dice enfer-
ma, y sin duda desde que....
Y apretó con ira los puños.
—Bien, bien; entonces seguid
mi razonamiento sentaos á milado
Al decir esto había concluido
de desgarrar la carta que tenía
entre sus manos.
Sentóse, hizo seña de que ocu-
pase un sitio á su lado al señor
Dalifroy y continuaron eiWutimo
coloquio.
XXXV.
Iban á dar las doce.
Todo estaba tranquilo, triste y
sombrío en la casa de la calle de
la Turena.
Hacía mucho tiempo que los
criados se habían recogido y las
luces todas apagado.
Excepto el jueves, dia de re-
cepción, todo el mundo se recogía
temprano en casa del señor Da-
lifroy, y aun ese dia era raro que
el u t mo concúrrente nose hubie-
se retirado á las once y media.
El señor Dalifroy se había re-
$P>
.iíM-
PANADERIA 7 ABARROTES.
| Eu este acreditado establecimiento se elaboran con el mayor esmero y limpieza, las mejor
\ de este mercado, y se dá igual 6 may„r cantidad de pan por el mismo precio que en
panaderías.
También tiene siompro un variado surtido de metates, loza de barro, molinos, molcajetes
eines, etc., etc.,
Los efectos Mkxica.vof y pkí. País, los vende & precios reducidísimos.
Num 3 Callo Laredo al Sur. SAN ANTONIO, TEXAS
—¡Ah! si pudiera evitar!
prescindir de mi venganza... .
—Podréis, si seguís mis con se-1 cocido en su cuarto,
jos. Castigareis sin perder nada I Andrea se dirigió al suyo,
por vuestra parte, siendo siempre «abemos que ocupaba el
el hombre respetable, de vida segundo con Enima y Margarita.
PRTER
w
m
MEXICm\m:
MI!
¿88 Calle del Comercio, San Antonio, Tex.
+>Se ejecuta toda dase de obra fina y corriente.4+
—v/Vccíos Mtídü'cs.—
E$peecialida±er} ¡/alzado de medida.
ME
normal, agenó á dramas y com-
plicaciones vulgares.
El señor Dalifroy escuchaba
con verdadera sumisión, deseaba
una venganza sorda, implacable,
que no le perjudicase en nada, y
comprendía que aquella mujer se
la iba á procurar.
—Ante todo, exclamó Atlienais
viendo que ya se disponía á se-
guir sus consejos, es. preciso saber
noches de verano, Andrea, la vi
d adera Andrea, se manift
Wli, lejos de todas las mil
en aquellos momentos en que 5
cudía el peso de su servidumbre, i
Su vestido, arrojado sobre un
sillón, reproducía eu sus pliegues;
el esbelto cuerpo que acababa dp
ceñir; y aunque estaba en su
cuarto hacía más de una hora, la
hermosa no se había desnudado.
Se había puesto, por el contra-
rio, un peinador coquetos, y su:
pié de niña se disimulaba apenas
en una pantufla de terciopelo
rojo.
En pié delante de su espejo,
arregla sus cabellos y ponía en
"éste'Cuidado minuciosas precau-
ciones,^ paseando su blanca mano
ájo largo jle sus negras trenzas.
^Después se aleja, escucha....
vuelve al espejo, se retira de nue-.
vo y parece poco satisfecha, aun-
que la luna le devuelva una iniá-
gen adorable.
Por fin, acabado su atavío noc-
turno, que harto inútil si no se
trataba mas que de dormir, se
sentó en un diván y permaneció
pensativa, con la cabeza apoyada
en sus manos.
Esta inmovilidad no durá mu-
cho.
1 )e repente se levantó, la boca
entreabierta, el oído atento, apo*
' La nodriza y la niña disponían yando Una mano en su corazon,
de dos piezas donde hemos pene-
trado la-noche que hemos visto
huirá la jóven de la casa paterna
Andrea tenía su habitación al
otro lado del corredor.
Allí estaba el dormitorio, pre-
cedido de una sala y acompañado
de un gabinete tocador y una
pieza de baño.
Estas diversas habitaciones,
quién es el amante, si es <jue hay jMue comunicaban entre sí, te-
.luis -
C. PORFIRIO DIA/.
>
PA EXPPl Y BUEN gEVGIO.
A LEJAXI)RG CANALES, propietario.
mejor método con pronunciación figurada para aprender el idioma in-
H gtós, sin maostro.—Está á la venta en ésta impronta.
B^V.. ... VENDEMOS
Los libros siguientes:
I
Mozo y Malditas sean tos Mujeres.
«28
Santiago Perales, Prop.
CALLE DEL COMERCIO AL O.
lagar nuevamente recompuesto, se garantida limpieza y
esmero en el lérvioio. ,
Se admiten abonados por dify semana ó mes.
ANTONIO. . TtXflS
se Us sirve elmuerxo A la hora quo lo deseen j te ?•* preperann 'unch.
a nante.
—Sí, le hay.
' %>
/—Vo lo creo también .
q liemos, pues.
—Ya busco y no adivino.
✓—Yo no creo que se ' ean fue-
ra de casa; sale poco y acompa-
ñada siempre de Margarita y de
la niña. Además ese medio es
muy peligroso,
—Entonces se vtn encasa; se-
rá una de las personas que yo re-
cibo.
—Esa es mi opinion.
✓—¡Me asombrais! Los hom-
bres á quien recibo no tienen con-
diciones para en unorar á una
mujer; pertenecen al mundo ofi
cial, son magistrados la mayor
pr.rte de ellos, pobres. *.. no hay
entre ellos ningún Tenorio, os lo
aseguro.
—Mi querido Márcos, vos sois
hombre. ¿Cómo quereis adivi-
nar las condiciones que puede
tener otro para agradar a una
mujer? Las mismas mujeres no
comprendemos siempre en qué
cosiste el encanto del hombre
que nos enamora. No os ofen-
dáis y dejad que mi experiencia
femenina pase revista á todas las
personas que visitan vuestro ho-
gar.
/—Corriente; ¿pero qué impor-
ta <1 amante?. Lo importante es
f aprenderla con él.
—Eso para vos es más fácil
que para otro.
r-\Poi* qué?
i man uua sola salida al corredor
La jóven esposa estaba en su
i tocador.
visiblemente agitado.
Miró de nuevo al espejo, se
adelantó Inicia la puerta,y se con-
venció de que estal>a cerrada.
Un suspiro de satisfacción se
escapaba de su pecho; su frente
se sonrojó, volviendo hácia el di-
ván y permaneciendo algunos
instantes pensativa.
A veces una sonrisa entreabría
sus labios.
A veces uua lágrima asomaba
á sus ojos.
Estaba nerviosa, agitada: el
Las dos ventanas que le ilumi- menor ruido la estremecía.
naban por el dia se hallaban cer-
Un mueble en que se tropieza
radas,y como todas las déla casa al andar y produce débil sonido,
tinían dobles ventanas de madera
y pesadas cortinas interceptaban
además la luz de las rendijas.
La puerta del corredor se ha-
llaba cerrada, y también la puer-
ta de comunicación entre la pri-
mera y segunda pieza.. . .
¡ Es imposible estar más aislada!
Esta estancia, que hemos visto
siniestra y lúgubre, con sus col-
gaduras empolvadas y descolori-
das, era entonces risueña, < o pie-
tona, impregnada de dulce cla-
li Jad.
Las sillas mullidas y de color
claro; el lecho rosa y blanco, con
encajes y lazos, parecía sonreír á
través de aquella luz discreta, de
aquella atmósfera tibia y perfu-
mada. , •
Aquel cuarto era un nido; nido
de mujer jóven y bonita; nido
acariciado evidentemente.
El señor Dalifroy, á pesar de
su avaricia, no había podido re-
husar á su mujer un alojamiento
á su gusto, y había en él algo de
misterioso, de encantador, como
en toda su persona.
Andrea en aquel nido, hecho
por ella y para ella, no se parecía
á la Andrea oficial que se veía
pensativa, indiferente y silenciosa
en las recepciones de marido.
Como esas flores t^ue se entre-
la arrancaba casi 1111 grito.
No apoyaba el pié sino con in-
finitas precauciones, y era que la
alfombra que cubría el pavimen-
to era gruesa y apagaba el ruido
de los pasos.
A cada instante sus ojos se
volvían al reloj, como si encon-
Cr '
trase lenta la marcha del tiempo.
De repente advirtió que las
gujas iban á reunirse en las doce,
y se estremeció.
Se inclinó hácia adelante, sus
manos se cruzaron sobre su pe-
cho. ... Diríase que aterrada que-
ría detener la marcha del tiempo.
En el reloj suena por fin la
primera campanada de las doce,
y eLtonces su rostro se iluminó;
se volvió hácia el muro de la es-
tancia, donde se veía un anuario
empotrado en la pared,y sus ojos
brillaron como animados por la
fiebre.
Un lijero rumor, imperceptible
para cualquiera otro oído, pare-
ció arañar la madera del aruiarior
y esto bastaba.
1 La jóven se lanzó, abrió e) ar-
mario y retrocedió trémula, su-
blime de pudor y de alegría.
Un hombre apareció, cerró con
precaución la puerta del armado,,
permaneció un instante enfrente
de ella, y, como ella, pálido y
r4íl
mm
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This issue can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Newspaper.
Pablo Cruz Y Cia. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 2, No. 79, Ed. 1 Saturday, August 2, 1890, newspaper, August 2, 1890; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192890/m1/2/: accessed April 26, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.