La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 119, Ed. 1 Monday, June 12, 1922 Page: 6 of 8
eight pages : ill. ; page 20 x 15 in. Digitized from 35 mm. microfilm.View a full description of this newspaper.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
EL TERRIBLE GUILLERMO
Efectivamente es an mal dibujante
t
papá hazme *1
ver de »atarte un rat;
to en esa postura am
me*" erre.
' Τ para qué es ello
q«ler«s hacerme el 1
íavor de decirme? '
Ver^ papá estoy
tratando de hacer un \
retrato tuyo a lápiz. /
f
Pero no puedo ha-
cerlo y estoy \iendo
justamente que el re-
trato que me ha sali-
do más parecido a ti
no le falta mas que la
cola para ser el re-
trato de un orangu-
tan
i LA NOVELA DEL LUNES
EL MILAGRO DE SAN ANTONIO. Por vcen« ®LASC0 lBAÑE'¿
Hacia años que La s no hao-a v.s-
to las calles de .Matlr.á a las nueve
tie la stfkfianx
A eata hora. comenzaban a dormir :o
do« sue ajnlKo^ del Casino: pero él
en vez ile mo'.'afea en <a cama. había
caiaanaio de traía y « dirigía a la
Florida. reccliio por ei dulce vaivén
<i» su oleran :e carruaje.
Al vo«% «r a. su casa después de ama
aeeMo le hahla:: entregado un t carta
traída «Λ la acche luiunor Kra d«
«quelle. daaconooica mantenía con
■él extraña carroa^aiiJeiaiia durante
•tío» sorawr-is. Una inicial por firma y
la íetra d-* caricter Ingl&s fina co-
rrecta β igual a Ja <ie todas las que
l»an sido ptiajiorvísvas-c*-; Sa.ré Coeur.
Hasta «i mujer la. tenia asi. Pa.ecía
*?u© era ©lia la que le tsscrib¡a citán-
dola a las diez en la Florida frente
a la iglesia de San Antonio. ¡Qué d:s
«arate:
Hacíalo gracia pensar. mientras
saarcu-aha a una cita de aaiur en su
mujer oqueíla Err.es;: na cuyo re-
cuerdo raras veoe® venia a turbar
las alegrías de su vida de soltero o
•como decía el. de marido "»-mar.oipa-
•do\ ¿Qué har¡a ella a tales horas?
Cinco años que no se veían y ape-
nas si tenía notic:as suyas. Una.·» ve.
oes viaja ¡xt. en provincias .en casa
ds» viejos parientes: y aunque residía
largas temporadas en Madrid nunca
se habían encontrado. Esto no «s Pa-
rís ni Londres; pero result-i suficien-
temente grande para qu" no s« tro-
piecen nunca dos personas cuando
una hace !a vida de mujer abandona-
da. visitando más las ijílosias que los
teatros y 'a otra se aítita -%n el man-
do de noche y vuelve a casa todos
los dias a la hora en que el frac arrt:
gado y la pechen» abombada se im-
pregnan del polvo qu> levantan ios
barrenderos y del humo de las ¡>uño-
ierfas.
Se casaron muy jóvenes cas; unos
•niños y los revisteros mundano? ha.
blaron mucho de aquel.^ hermosa p»·
rej* que todo lo temar para ser fe-
lices; ricos y casi sin familia Pri-
mero ¡os arrebatos <i»· j^isi-'r.. una
dicha que. encontrando estrecho el
elegante nido d*» los rec.ér» < asafi'>s.
paseaba su insolencia feliz ;>or ios sa-
lones. para dar envidia al mundo: d*><
pués. la monotonia. »·'. oanííiw;o. - i
separación lenta e insensible s:r
jar por eso de a mat». a él 1*· at na ¡a η
sus amistades de soltero y «lia pro-
testaba con escenas y choques que
hacían odiosa para a vida con-
yugal. Ernestina quiso vengarse ha-
ciendo sentir celo·' a su mando; s*
entregA cor. entusiasmo a tan p"!:-
sroso juego y tuvo sus coq«eteos com
prometedor~>s con cierto attache de le
gacion ν—
ron «sos de infidelidad .
Bien sabía Lu .s <ju·.· la cosí r.o re-
nía malicia ;*ro ¡qué demonio! é!
no servia para casado le abruma Ni
aquella vida y aprovech·'» la. ocasión
tomando el asunto en serio. Con el
americano se arre»;;»."'. propinándole
una estocadu 'eve. ¡pobre nr.: hacho!
qué gran servicio ha.b>u ¡>r«-.stado
■in saberlo: ν de Krnestma fe c^epar·'·
s;n escándalo. >.n intervenciones ja- I
dieiales. Ella cotí sus pariente·* cor.
quien le diese l.t gana .y él otra vez !
a su cuarto de soltero como si nada
hubiese patudo > sus dos años ti
matrimonio fuesen un largo viaje por
el país d«* las quimeras.
Krnestina no se resignaba y S" re-
volvió queriendo volver a él. T/e ama-
ba de ve<ms: "o pasado eran niña- j
das. ligerezas: pero aun <-uando esto ;
halagaba a Luis provocaba su inciig.
nación como una amenaza su liber-
tad. milagrosamente recobrada. Por
esto oponía la más terminante negati
va a los señores respetables anti-
guos anrtc>>s de la familia. que su mu
¿or ie enviaba ->xno embajadores: ella
misma fuó % arias veces a !a casa sin
conseguir que > franqueasen 'a pu«*r
ta; y tan tenaz era la re^stencia de
Luis .que hasta dej.^ de asistir a cier-
tas reuniones adivinando que al'.:'
protestar a sn «««posa y alcün Ju
procurarían que se encon"ras-»n ••ca-
sualmente."
; Bueno era £1 para ablandarse ;K~a
ur marido ultrajado ν ciertas cosas
¡ vtve Dios.· nunca se olvidan
Pero su conciencia de buen mucha-
cho le replicaba con dureza;
—Tú ere^ tm pillo que f:nwv< ul.
trabes por conservar t.i libertad. T»
pi*senta.« como marido infeliz para
swroir soltero haciende infelices d"
un? a otros marido». Te conozco
egofeta.
Τ !a conciencia no se encañaba.
Siís cinco años Φ emancipación ha-
bían «de Pam muy a'esrres; son-
reía recordando» sus ^Titos y ahora
mismo pensaba con fatuidad en aque-
lla desconocida aua 1* asmardaha al -
A
guria. mujer que te habría conocido en
los saionts y tenia interés en rodear
de misterio su ¡xtsióa. Eiia. había to-
mado Ja iniciativa e nana carta in-
sinuante; después mediaron presun-
ta? y re.-puestas en ias piañas de
anuncios de ios periódicos ilustrados
y por f¿n aquella cita a !a que acudía
i. ¡í.s con ansiedad que despierta ίο
desconocido.
Kj carruaje se detuvo ante ían An
tonio d<· l;t Florida. Bajó Luis ha-
ciendo seña a su cochero de que es-
perase. Habta entrado a s i servicio
cuando é: vivía aún con Ernestina:
era el eterno testigo de sus aven-
turas; le seguía tWi y obediente en
todas las correrías de su "viudez''
pero Pensaba con envidia en los pa-
sados tiempos .deseando trasnochar
menas.
Buena mañana de prima.ve.Rt: la
gente alegre gritaba en los merende-
ros: Tiasa'riir. por entre la arboleda
rápidos cam» pájaros de colores los
encorvados ciclistas «·οη sus camise-
tas rayadas: por la parte d<d río so-
naban cornetas: y sobre el íol'.aje. en
jambres de insectos. ebrios de luz
moscardoneaban brillando como chis-
pa;: cié oro. Luis influido por el sitio
pensaba "n Coya y «*n las duquesas
grumosas y atrevidas que. vestidas de
maja* ventar a sentar.-·.-» bajo aque-
llos árboles con sus galane- de c.tpa
de grana ν sombrero de medio que?n.
!A<juéÜPs eran buenos tiempos!
Las t..s"s insistentes y maliciosas
le su cochero le avisaron. Una se-
ñora bajaba d<^' tranvía y se dirigía
al encuentro 'i" Luis. Vestía d«» n»-
rro y "1 vc-lijlo del sombrero cuftria
su cara. Ksbéka y d» gracioso an-
dar sus cadera* movían?» <*on armó-
nica cadencia y -i cada paso rwnna-
; a el íru-fru de ¡a fina ropa interior
Luis percibía «i mismo perfume de
· &τ··λ que guardaba en su bolsillo.
Sí: '-era '--lia'·. Pero cuando estuvo a
pocos pasos «d movimiento de sor-
presa d»* su cochero > avis'» antes
que íti vista.
—; Ernestina'
Cr.-.-Λ fn una traición. Alguien ha-
bía avisado a su mujer. ;Qui1 situa-
ción tan ridicula!.... ;V la o-ra que
iba a lleirar:
Λ qué vienes?.... . Q'it" buscas"
-Ven?i.> a «"Umplir mi promesa. Te
ci"¿ r las ό:··ζ. y aquí e«toy.
V Κ "n'-stina aftadiA triste son-
risa :
—A tí. Luis para ver'e hay que
ape!'.- .ι fs:r.T:acm l'je repugnar
a un ι nuiier honrada.
¡Crisío" "V para *ener rsro en-
cuentro 'i^sairmd ■».>'·" haSva e">':do
casa tm temprano; ;c¡:ado e'J
propia mujer' ¡Cómo reirían los ami-
gos d« Casino al saber aquello;
Pn- lavanderas se pararon en el
camino a corta distancia con pr«>-
í**x:o de descansar. sentándose sobre
sus talegos de ropa. Quer'an o'r al-
go de io qu- se decían .tquelio? se-
ñoritos.
— ¡Sube!-. ¡Subo:.. -cijo í.uis λ
su esposa en η aceato imperioso. Le
irritad» lo ridículo de la escena.
El coch» emprenU.6 la marcha ba-
rrer-i de El Fardo arriba y los «»s-
posos. cor. ¡a cabeza reclinada en el
paño rtzu! ile la rendida capota se
espiaban sin mirarse como abruma- ¡
do* po- ia situación y sin atreverse
uno <> los do? a ser "1 primero en
hablar.
Elia comenzó. ;Ah. la maldita! Era
un muchacho con faldas: siempre lo
habla dicho Luis; por f»sto la bufa
teniéndola mucho miedo; porque a
pesar de su dulzura ie carita cari-
ñosa y sumisa acababa siempre por
imponer su voluntad. ¡Señor y qué
educación dan en esos coi®cios fran-
ceses;
—Mira. Luis.. pocas palabras. Te
Tuiero. ν venjjo decidida a todo.
Eres mí marido y contigo debo vi-
vir. Trátame como quieras; písame.
te querré como esas mujeres que ad-
mi'en ¡os so".pes como prueba de ca-
riño. Lo que te digo «s que ores mío
y no te suelto. Olvidemos 'o pasado
ν aün podemos s^r felices. Luis. Luis
mió. ."quv mujer puede quererte co-
rn.-. la tuya?
¡Vaya un modo de entrar en mate
ria' · E¡ quería callar mostrarse alti-
vo r desdeñoso. fatigado con su frial-
dad para que le dejara tranquilo; pe-
ro aqueXas palabras le pusieron fue-
ra de s:\
¿A'oJver a unirse" -En seguida*
►Acaso estaba loco?.. ¡Ah. señora!
Olvida Usted sin duda que hay cosas
<yae jamás se perdonan: cosas.. En
fin. que quien bien e<stA. quo no se
mueva. ΕΠοβ no servían para casados
"no congeniaban": ihastaha recordar
el infierne en que se desarrollaron
3us tSitimoj. meses d» matrimonio. El
se encontraba bien: a olla tío le pro -
*
baba mal la separación pues estaba
mi» hermosa que antes—palabra de
honor señora.— y sería una locura
deshacer por tonterías lo que el tietn.
po había hecho sabiamente.
Pero ni el ceremonioso "usted" ni
las razones de Luis convencían a la
•Señora." Ella no podía seguir asi.
Ocupaba en la sociedad una posición
muy equivoca: casi la igualaban con
mujeres infieles: era objeto de decla-
raciones > asiduidades que la suble-
vaban: creíanla una joven alegre y
fácil -sin cariño familia: iba de
una parte a otra como el Judío Erran
te. Di. Luis. «e§ ?»sto vivir?
Pero como a Luis le halbían dicho
esto mismo todos los que fUerop a ha
blarle en favor d~ Ernestina lo es-
cuchaba como quien oye una músi-
ca antigua y empalago."».
Vuelto caei de espaldas a su mu-
jer. miraba el camino. Vos Viveros
bajo cuyas Arboledas bullía una ale-
gre multitud. Los pianos de manu-
brio lanzaban sus chillonas nota> se-
mejantes al parloteo de pájaros me-
cánicos. Valses y polcas formaban el
acompañamiento de aquella voz tnste
que dentro del carruaje relataba sus
desdichas. Luis pensaba qti* el sitio
P»rH «1 encuentro había sido escogi-
da cor. premeditación. Todo hablaba
a'.f ■:< i .-Tr.or legítimo sometido a re-
s: lamentación oficia;. Aquí dos bodas;
♦•n el restaurant d«· m.'ic allá otras:
en ■;I::t- terming un cortejo nup.
c;¿.J zarandeándose al compás de los
pianos c r la panza rvp'.eia de p?leí.n.
Aquello repugnalba .·» Luis. ¡Todo
Dios se casaba;.. ;Qut· brutos! ¡Cuán
ta. cente inexp'-rta queda en *1 mun-
do:
Atrás se quedaron los Viveros con
sus regocijadas ¡rodas: los valses so
naba η lejanos como vagos estreme-
cimientos del aire y Ernestina »»»-
guía infatigable. hablando vad.t vez
más cerca del oído de su esposo .
Ella viviría tranquila hi η mc<l estar
le. corao si no existieran celos. Por
querella se sentía celosa. ?i. Luis: ríe
cuanto quieras: celosa desde hace un
año. en vista de sus amoríos y sus
escándalos. I^o sabía t<*lo: su vida
entr* bastidores sus apasionamien-
tos -mome-ntánecs y ruidosos por mu
jerzuelas que se le comían la for-
tuna: hasta le habían dicho que te-
nía hijos. ¿Pod'a permanecer tran-
quila? . No debía defender la poee-
sión de su marido que era lo úni-
co que t*-nia en e¡ mando?
Luis ya no estaba de espaldas si-
no de frente soberbio ν magnífico.
¡Ah. señr.ra! ¡Y cuán mal le acon-
sejan sus amigos! El hacia su san-
ia voluntad ¿estamos? No tenía Que
dar cuentas a nadie pues de darlas
t.unbién tendría que exigírselas a
«Ha. y ¡recuerda usted señora!
Piense si siempre ha sido fiel a sus
deberes.
I ZIUCTUraS •-HUIIIVU .κ·.ι ¡»us> Vir-ou.-
cIki>·. que en el fondo no le impw-
taban un '-amino y Tlatnoba infideli-
dades :i io que fueron imprudentes
coqueterías todo con voz y adorna -
η es que recordaban sus aironoe en e!
Español y la Comedia. Luis iba fi-
jándose en su mujer-
;Qué hermosa estaba la imlipna'
Ya. no era aquella muchacha boni-
ta. pero débil y delicada que tenía
horror ai descote no queriendo ense-
ñar lo saliente de sus claviculas. Los
cinco años de separation habían he-
cho de ella una mujer adorable es-
pléndida. con las redondeces el co-
lor y la suavidad de un fruto de pri-
mavera. ¡Lástima que flies? su mu-
jer: ;C6roo debfaru desearla los que
no estaban en su caso!
—St. señora: puedo hacer lo que
guste y no tengo que dar cuenta de
mis accione®'·..- Además cuando se
tiene el corazón destrozado hay que
aturdirse olvidar y yo tengo dereriho
a todí>.. '.a todo! . lo entiende us-
ted? para olvidar que he sido muy
desgraciado .
Le encantaban su? palabras pero
no pudo seguir. ;Qué calor: El sol
metía ws rayos por debajo de la ca-
pota: el ambiente parecía impreg-
nado «e fuego. y el obligado contac-
to dentro de! carruaje comenzaba a
comunicarle el suave y voluptuoso en
lor de aquel cuerpo adorabl»... ¿Qué
desgracia que aquella mujer tan her-
mosa fuese Ernestina:
Era una mujer nueva. Experimen-
taba junto a ella impresiones solo
sentidas en su épofca de noviazgo. Se
veía aún en aquel vatfSn del expre-
so que años antes los habla llevado
a París ebrios de dicha y palpitan-
tes de deseo.
Τ ella con aquella facilidad que
siempr® había tenido para leer sus
pe.ns»mfenti\s s*> aproximaba a él
t!ema y sumisa «como una "Cíctima.
pidiendo «i martirio a cambio de un
poco de cariño arrepintiéndose de
sus pasadas ligerezas. propias de la
inexperiencia y acariciándolo con el
perfuma de la cana que estreme-
ciéndole envolvía su cerebro en hu-
mareda embriagadora.
Luis huía de todo contacto; se re
cogía como doncella medrosica en su
asiento. El recuerdo de los amigotes
era su única defensa. íQué diría su
amigo el marqués un verdadero fi-
losofo. que contento con su libertad
de marido divorciado saludaba a su
mujer en la calle y besaba a ¡os ni-
ños nacidos mucho después de 'la se-
paración? Aquel era un hombre. Ha-
bía que terminar una 'oscena quo
juagaba ridicula.
—Xo. Ernestina—dijo por fin. tu-
teando a su mujer—·. Nunoa nos
uniremos. Te conozco: todas sois
iguales. Es mentira 1o que dices. Si-
gue tu camino como si no nos cono-
ciéramos.
Pero no pudo continuar. Su mu-
jer le volvía ahora la espalda- Llo-
raba descansando la carveza en el res-
paldo del asiento. y sj enguantada
maro introducía *1 t>£.íiue«o r<tjo el
velillo para secarse !«»s lágrimas.
Luego hizo t;n gesto tí·? fastidio.
"Lágriinítae a ¿1' 1 ere no: llora-
ba de veras con toda su alma con
quejidos de angustia y Astremoci-
mientos nerviosos que conmovían to
do su cuerpo.
A'repentido vie su brutalidad. dii\
orden al cochero de detener el ca-
rruaje. Estaba fuera de la Puerta d*
Hierro; no pasaba nadie en aquel
momento por el camino.
—Tr¿«? aguii.. • •uaiqui-r cosa. La
señwita está enferma.
Y mientras el cochero corría a un
ventorro inmediato. Luis intent·*· trun
quilizar a su mujer.
—V"amo§. Ernestina serenidad. No
es para tanto. Esto es ridiculo. Pa-
recess una niña.
Pero ella. aí:n gemía cuando lle-
k(> el cochero con una iOtel'.a llena
de agua. En la precipitación habla
olvidad·· c-1 vaso.
—Xo importa. bebe.
Ernestina cogió la botoila y se le-
vantó el veiillo. Ahora la ve'a bien
su marido. }Xada de menjurjes de to
cador como en los tiempos que fre-
cuentaba el mundo: su cutis tratado
al agua iría tenía una JwÜdez fres-
ca de rosada transparencia.
Luis se íijó en aquellos labios ado-
rables que se fruncían para ajustar-
se al cuelio de la botella. Bebía con
dificultad. Una gota se escapaba
resbalando lentamente por la bar-
billa. redonda y graciosa. Rodaba
con pereza enredándose en la im-
perceptible película de la epidermis.
El la seguía con la vista. aproximAn
do*e cada vez más. |Γοα a caer;....
¡Ya caía!
Pero no cavó: oues Luis sin saber
ca-j¡ ¡o «lile hacía la recogió en sus
labios 9*· sintió cogido por los bra-
zos de su mujer. que lanzaba un gr!
To de sorpresa. Je loco júbilo.
—Por fin.... Luis mió.. ¡Si yo ya
lo dec'a! ;Si eres muy bueno!
Y con lu tranquila serenidad de
los que no tient-n por qué ocultar su
amor se besaron ruidosamente sin
fijara* en el asombro de la mujer
del ventorrillo que recogió la lw>te!ja.
El cochero sin aguardar órdenes
arre·'· los caballos camino de Madrid.
—Ya tenemos ama—murmuraba
soltando latigazos a sus Viestias—. A
casa pronto antes η" el señorito -se
arrepienta.
El coeh?ro vola ha por la carrete-
ra con la arrogancia de un carro triun
fal. y en su interior los dos esposos
a¡rarrados d^l talle mirábanse con
pasión. El sombrero de Luis «Maba
a sus pies y eVla 1<* acariciaba la
cabeza despeinándole: el jueg*> fa-
vorito de su luna d» miel.
Y Luis reía <*n«-ontrando ei suceao
graciosísimo.
—Nos van a tomar por novios im-
pacientes. Creerán que escapamos de
los Viveros por estar solos y libres
de convidados. .
Al pasar frente a San Antonio. Er-
nestina .reclinada en un hombro de
su esposo se incorporo.
—Mira: ese es quien ha hecho «1
milagro de unirnos. De soltera la re
zaba pidiéndole un buen marido y
por secunda vez m? protege dándo-
me mi Luis.
—Xo. vida mía; e! milagro lo has
hecho tú con tu belleza.
Ernestina dudó algunos instantes
como si temiera hablar y por fin di-
jo con maliciosa sonrisa:
— ;Ah. señor mío' Xo creas que ttv;
engañas. Lo que te vuelve a mí r.o es
el amor tal como yo lo quiero: es
eso que llaman mi belleza y los dr-
seos que en :S despierta. Pero he
aprendido bastante en este··! años de
consuelo y soledad. Ya verás. Luis
mío. Ser¿ muy buena: te" querré mu-
cho.. Me tomas como una amante;
pero con -bondad y con cariño yo ha
de conseguir que me adoras como a
esposa.
V. BLASCO ΙΒΑΛΕΖ
PALABRAS DE ORO |'
HONOR-HONORES
El honor se ha Ge anteponer a la
vida.
Ariosto.
Las dignidades sou utia servidum-
bre más qae es preciso añadir a las
humanas miserias.
Clemente XIV.
L03 que asipiran a los honores se
parecen a los amantes·; e! goce de
esos mismos honores disminuye su
valor. 1
Napeleón.
En el común de los vivientes el
más mezquino grado o el mw lumino-
so y más sublime» son la apariencia
artificial d«I hombre no el hombre
mismo.
Pope.
Rangos gradas distintivos ador-
aos. colgajos títulos honores son co
sas que dan mérito a los que no ίο
tienen. ~ j
Catti. ¡
El honor prohibe las malas accio-
nts
A If. en.
N'unca concedáis honores a aque-
llos que no tienen honor.
La 3aumelle
Riquezas honores placeres son bie-
nes engañosos: atormentan mientras
son deseados. t»url;in mientras «on es-
perados. no sacian cuando se han ob-
tenido. y afligen cuando se han per-
dido.
Bondi
El que hubiese mirado atentamente
"a perfecta ley de la libertad y per-
severado en ella no siendo oidor oi-
vidadizo. si.no hacedor de la obra» es-
te tal será bienaventurado en su he-
cho.
Santo Tomás.
LIBERTAD
La libertad política sobre todo ne-
cesita de la justicia. Son dos coitdi-
cicnes sociales que no pueden andar
separadas.
Rossi.
So so puede establecer el reinado
de la libertad sin el de las costumbres
ni fundar ístas sin las creencias.
De Toequcville.
L«a libertad no consiste *n hacer lo
que se quiere sino en hacer lo que se
debe.
Campoamor
'•Puedan los animales vivir libres en
su eiemento. ¿Proviene nuestra esela-
virtud de que raras veces catamos en
el q' nos pertenece'.' La. pregunta con
duce a meditaciones profundas.
Carmen Silva.
El hombre es moral mente libre; pe-
ro depende del derecho divine.
Μ ahorna.
BOTICA DE LA
CIUDAD
Esq. Houston y Sta. Rosa.
100^· en
SERVICIO SURTIDO Y
EFICIENCIA
DR. C. P. CIPOLLA
Médico .Cirujano.
•í
La señorita
Gloría Bustamente
pone a su disposición su servicio
de ventas por correo; e invita a
los lectores de "La Prensa" a
aue le escriban pidiendo e| ca-
tálogo aue acaba de publicar.
GLORIA BUSTAMANTE
Post Office Box 45—Station O.
New York Ν. Y. I
LONGO'S INSTANTANEOUS
VEGETAL DYE.
No es un ex-
perimento. si-
no que consti-
tuye un com-
pleto éxito el
f'Longo's I lis-
tan táneous Ve
getal Dye. pa-
ra cualquier
:olor.
No contiene
ningua substancia venenosa co-
mo PLATA PLOMO COBRE
HIERRO. ARSENICO etc. Usé- j
se esta substancia una vez al mes
para conservar el color original del
pelo. No mancha la piel ni la
ropa; tampoco se despinta el pe-
lo cuando se riza se lava o se le
da shampoo.
Precio: $1.50 libre de gastos de
porte.
¿i la tintara no ti ñe bien aigun&s ve.
ees. antes de usarla caliente un poco el
convenido de la botella No. 1 hasta Que
te disuelva.
PROF. M. LONGO
No ec envían órdenes C. O. D
S66 3roome ¿t. — New York. N. Y.
se Necesitan Asentes.
PARA ESTAR BIEN SE NECESI-
TA COMBATIR CONSTAN-
TEMENTE EL CATARRO.
Kucha· enfermedades proviene™ de las catarro·. La to* calentarte catarro·
nasales y desórdenes en el estómago. son anas de ¡ai mochas enfermedades
qne se deben a] catarro.
Hay qne combatirlo. Combata osted el catarro con ana medicina de mé-«
rtte asegurado. χ «ue tiene ana reputación extensa por más de medio siglo.
>R. HARTMAN'I
PE-RUMA
TrnMrntm or UeeW
6oM mvarywtwe
t ·.· X
408 Ν. MAIN ST.-LOS ANGELKCáL
(IAÜRICIO CALDERON. Ito
e a. que porhubcr quedado sin
¡¡¡Pida Usted!!!
SU FONOGRAFO Y DISCOS "COLUMBIA"
AL REPERTORIO MUSICAL MEXICANO
LA UNICA CASA MEXICANA
DE MUSICA MEXICANA
PARA LOS MEXICANOS
75c DISCOS 75c
MAURICIO CALDERON Prop.
408 Ν. MAIN STREET. LOS ANGELES CALIF
PIDA NUESTRO CATALOGO GENERAL GRATIS contiene
las canciones más bonitas y populares de México y un
METODO PRACTICO PARA APRENDER
—GUITARRA SIN MAESTRO—
pj^SESSSZ5S5Z5SS55SS2S2SH5HS2SE525E5H5¿K5 ¿i tlü ü ca C3 cj3 C3 u C3 C3 na ü C3 C3 na C3 cí na ta ca ta υ C3 C3 C3 ta u u
A LOS SEÑORES AGENTES:
HACEMOS NOTAR A LOS SEÑORES AGENTES Y REVENDEDORES DE
PERIODICOS QUE "LA PRENSA" ES SIN DISPUTA EL DIARIO EN ES-
PAÑOL QUE MAS SE VENDE EN LOS ESTADOS UNIDOS Y EN EL NOR-
TE DE MEXICO. SU AMPLIA ACEPTACION Y SU MAGNIFICA DEMAN-
DA HACEN QUE SU VENTA CONSTITUYA UN VERDADERO NEGOCIO
PARA QUIEN SE DEDIQUE A ELLO.
LA VENTA DE "LA PRENSA" DEJA A NUESTROS ACTUALES AGEN-
TES DESDE $3.00 A S13.00 DIARIOS.
CON TODO GUSTO FACILITAREMOS LOS INFORMES QUE SE NOS PI-
DAN PARA AGENTES DE "LA PRENSA". HACEMOS MAS: REMITERE-
MOS ALGUNOS NUMEROS DE PROPAGANDA A QUEINES LOS SOLICI-
TEN PARA SER DISTRIBUIDOS CON OBJETO DE ADQUIRIR CLIENTE-
LA Y CALCULAR LOS PERIODICOS QUE SE PUEDAN' VENDER.
USTED NO TENDRA QUE HACER GASTO ALGUNO POR LOS EJEM-
PLARES QUE LE FACILITEMOS PARA SU PROPAGANDA.
ESTA OFERTA LA HACEMOS SOLAMENTE A LOS INTERESADOS EN
LOS LUGARES EN QUE ACTUALMENTE NO HAY AGENTES DE "LA
PRENSA" PERO PODEMOS INFORMARLE EN QUE PLAZA. YA DE MEXI-
CO O DE LOS ESTADOS UNIDOS NO HAY REPRESENTANTE NUESTRO.
'LA PRENSA'
SAN ANTONIO TEXAS. DEPT. DE AGENTES
Λ
&
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This issue can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Newspaper.
Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 10, No. 119, Ed. 1 Monday, June 12, 1922, newspaper, June 12, 1922; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1069357/m1/6/: accessed July 17, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; .