La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 8, No. 2,467, Ed. 1 Wednesday, January 25, 1922 Page: 3 of 8
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EL POPOCATEPTL EN LA HISTORIA
Por el Lic. V. SALADO ALVAREZ
Había casi olvidado el público las fatídicas pre-
dicciones acerca de la actividad volcánica del Popo-
catepetl. ocupado como estaba con las actividades
volcánica» de cooperatistas y peleceanos. cuando \i-
qo la montaña a denotar su presencia mediante una
ernpciSn que la prensa <A» aquí califica de cosa ex-
traordinaria y nunca vista.
AI formular pronósticos y sentar teorías se
echan en olvido los precedentes históricos que si bien
no pueden ser base do certeza infalible ya que no
es lícito asentar nada definitivo en materia tan de-
licada basándose· sólo en textos de cronistas o en
relaciones de gentes indoctas tampoco es inútil co-
nocer unos y otras pues quizás sirvan para orientar
al pública y evitaríe- alarmas injustificadas.
El Dr. Friediaender a quien califican en Méjico
de la mayor autoridad vhiento en vulcanología. tuvo
a la vista para el trabajo que publicó el archivo del
Instituto Geológico y las efemérides de don Juan
Crezco > Berra que le parecen en extremo deficien-
tes. Si e! Sr. Friediaender hubiera tenido oportu-
nidad de conversar con gentes como González Obre-
g>n -maestro tíe toda erudición en cosas de· Méjico"
o con especialicéis t.m llenos de ciencia como don
Carloe F. Landero no dudo habría podido aportar
datos valiosísimos y que le habrían servido en gran
mar.era para sus deducciones.
Desde aquí y contando con documentación tan
reducida como es natural se halle en país extranje-
ro. voy a hacer unas cuantas observaciones que qui-
zíis ¿emt^stren que lo que se califica de fenómeno
catastrófico irremediable no es sino una de las mu-
chas •.r:i2iíí*sJaciones de la vida milenaria de la mon-
taba—manifestación—seguramente pasajera y sin
trascendencia ulterior.
A:.te todo creo se debe averiguar lo que concier-
na _ ¡.: -.w-.e histórica del volcán en los cronistas de
los signes X\ I y XVII. sobre todo los que escribieron
acerca d- ¡a ciudad de Puebla y su distrito como Pé-
re-· A..druida y («a&ricl de .Rojas. pues en mi con-
ι··->ίο los amenazados si hay amenaza a la vista son
¡os ·>· · b:.x de ios valles de San Martín Tcx maluca η
l* asi como todos los que se encuentran
e.j ia cr..': ι del cerro hacia la parte de Puebla.
Λ '' — '"estra el mito de la formación de la
montaña cue da a conocer Torquemada (Monorchia
" ara" i0r° *· cap- · P-33) con su acostumbrada
. *:"r" vez· ¿Ice· continuando sus Fiestas por
^ Τ *·! f.a j» fl^ts y Oír e! Oráculo deseado por culo
intento fesít-.-aban a sus falito? dieses. se les aparo
ció <1 miKino ώτΐηοηϊοβη un cerro alto que está en la
cieña parJo cut le corresponde al ponient· en fignra
> .i .n.a ·· un nil:·.» muy liiasco y hermoso sentado
>··;·.-» una Peña y con la cabezo tan podrid;: y de!
i.- . «>. -r η··ο. «¡up ·»«' ι·. a salí'· murieron muchísimos
corno heridos de mortal y venenosa ponzoña: viendo
!t»« pressr.tis »1 in 1 t grande que su vista les ha-
bía causado κ:· determinaron a cogerlo y arrastrar.-
do.o por el suelo llévunlo hasta una Laguna grande
y espac.osa. que poco trecho de este Lugar es-
tá <>yue se llama la de México) y aur.que lo intenta-
ran y procuraron cjn teda fuerza no les fué posi-
í >. í*or-; ie era malar la del Demonio con que se
«.e.eiy.ía y rfs»?*:a: et? medio lie estas bregas y
ftiernas ror. ς-je procuraban los Tultecas arrcr.car at
mu.-hac-ho de aquel lugar y llevarlo a la Laguna se
'®s aparecit". el demonio y les dijo que en todo caso
les convenía desamparar la Tierra si querían salvar
las vidas porque en la que poseían no ie3 permitía
o] tlemrO. sir.o muerte? ruinas y calamidades y era
imposible· hu'r estos peligros: sino ausentando ios
cuerpo-- y que les pedJa que !e siguiesen y se deja-
?"n levar por él. que é!. les pondría en salvo y lle-
varía a partes donde la pasaren con quietud y des-
canso."
.... La ficción del nir.o con la cabeza podrida que
procuraban arrastrar a la laguna parece referirse a
las emanaciones salíorosas del volcár.. que de segu-
ro produjeron ia asfixia de muchos que las aspiraron
y a. ia retirada de ¡a tribu a los lagos del Valle de
Méjico donde πυ se sentían les efectos de 1a erup-
ción.
I*·! trozo de Torquemada y de otro del padre
íJahasan (Historia Genera! de las Cos*3 de la Nueva
España vol I. libro LI. cap. X. p. 234* se desprende
«;u..· los Toltevas tuvieron que abandonar el territorio
a causa de las erupciones volcánicas sobre todo !as
del Popocateptl. El texto es claro en demasía y vale
la pena insertarlo íntegro:
"Otro embuste hizo el nigromántico en el pueblo
de Tulla pues dicen que andaba volando una ave
blanca que se llama lztaccixtli pasaba como una sae
ta algo lejos de la-tierra y claramente la velan los
Tultecas cuando dirigían los ojos hacia arriba. Otro
embuste hizo también y fué que los Tultecas veían
de noche una sierra que se llama CACATEPEC ar-
diéndose. y las llamas parecían de lejos y al tiempo
que ".as vetan alborotábanse dando gritos y voces y
estaban sosegados y decían unos a otros ¡O Tultecas
ya nos acaba Ja fortuna ya perecemos ya se acaba
Tultecauitl! ya nos vino la mala ventura guay de
nosotros ¿a dónde nos iremos? ¡O desventurados no-
sotros. esforzémosnos; Otro embuste m&s hizo el
nigromántico pues llovió sobre eUos piedras y pasa-
do esto cayóles del cielo una piedra grande que se
pBmn. Techcati y desde entonces andaba una vieja
india en el lugar que se llama Chapuitecuitlapico o
por otro nombre Veiainco vendiendo unas banderi-
llas a© pap«l y gritando: a las banderas! quien se
determinaba a morir luego decía comprara una ban.
deriila y siéndolo mercada luego se iba a donde os-
laba la dicha pleura Techcatl y ailí le mataban y
no habla quien dijvse ¿qué es esto que nos acontece?
y eataban como locos."
La descripción que da Córtés en su Segunda
Carta cíe Rsiacicn parece como reproducción de las
QU2 ahora se publican. "A ocho leguas de la ciudad
de Churutecal estaban dos sierras muy altas y muy
maravillosas y de la una. que es la mis alta sube
muchas veces asi de día '.όπιο de noche tan grande
bulto de humo como una grar. casa: y sube encima
de las nubes tan derecho como una vira que aunque
arriba anda el viento muy recio no la puede torcer;
no se pudo ascender hasta ;a cima a causa de 1:¿ lau-
cha nieve que en' la sierra hay y de los torbellinos q*
de la ceniza que de allí sale andan por la· sierra; el
humo salía con tal ímpetu y ruido que parecía que
toda 'a sierra se caía abajo."
Coincide con est descripción la de Cámara (Se-
cunda Parts de la Crónica pr.g. 33S.' que habla del
**ca!or humo llamas cenizas y piedras ardientes que
sufrieron los excursionistas de la necesidad de gua-
recerse detrás de unas perlas pura evitar el perecer
allí abrasados' y de otras muchas particularidades
que io difieren do las que ahora se rebatan.
Parece que esa era de actividad duró hasta 3520
ύ 30 y qu* luego permaneció el cerro en quietud.
"Estuvo diez años y más que no echó humo y el uño
1540 torn'· como primero y antes trajo tanto ruido
que puse espanto a los vecinos que estaban cuatro
leguas y más aparte Salió mucho humo y tan es-
peso que no se acordaban su igual. Lanzó tanto y
tan recio fuego que llegó la ceniza a liuexocir.co
Quetlaxcoapan Tepejacac. Cuauhquechola Choliolla
y Tiaxcollá que está a diez leguas y aún dicen quo
llegó a quince"?—de seguro en la frontera de los ac-·
. tuales Estados de TJaxcala y Veracruz.
La erupción de 1319 es tan famosa sue se regis-
. tró el Cosmografía de Sebastián Munster impresa
en 1530 6 en 1540.
ErupciCn característica es la de 1663. que refie-
re el Padre Yetancourt (Teatro Mejicano vol. I.
trat. II. cap. TV. p. 77). Los fenómenos observados
fueron mucho más serios que los que hasta ahor» se
han visto y de ellos da razón el puntual cronista:
"Empecemos por el volcán de México que es muy
hermoso y de agradable vista. Por la parte del me-
dio d¡a no se junta con ningena otra sierra alta como
él: antes por sus faldas empiezan las tierras calien-
tes del valle de las Λ mi! pas y por la parte norte se
avecina con la Sierra Nevada que dijimos. Llámar.le
los naturales Popocateptl. que quiere decir Cerro que
humea. Tiene una gran boca en la cima: echa nor
eua un penacho de humo tan grueso y tan espego que
se ve de muchas lesnas subir por la región del aire.
A veces arroja ceniza y la esparce a los comarcanos
pueblos y ha llegado hasta Puebla. Tiaxcala. hasta.
Chaico. ocho leguas de distancia. No es continuo el
humo visible que cesa por muchos años. El año
534 cesó ror octubre; rl año 6S3 el 13 de octubre a
las tres de !a tarde levantó un plumaje de humo tan
d. n?o que obscurecía la región del aire. Luego »1
año siguiente continuando el humo en vísperas de
San Sebastián (a las once de la noche) por 2a Puerta
que mira a la' Puebla cayó de la boca un pedazo
con tanto ruido quo se estremeció toda la ciudad y
las vtntar.as y puertas se abrieron al golpe y el te-
cho de la escalera de nuestro convento se vino abi-
jo. y las puertas de las celdas se abrieron y muchas
de las casas de la ciudad. HiciC-ronse rogativas y
procesiones de sangra pidiendo a Dios misericordia
porque la ceniza era en cantidad y con ella piedras q'
se hallaban menudas livianas como de piedra pó-
mez: fu* cesando el humo y ahora es poco lo qua
despides que apenas se divisa".
Las excursiones no son difíciles de puntualizar-
se. Certas habla do que "envió diez de sus compa-
ñeros tales cuales para semejante empresa eran ne-
cesarios" Pernal D'az y Gómara sostienen que por lo
mecos Ciego de Ordaz y un acompañante suyo "lle-
garon a postrero por debajo de un espeso humo".
'^Miraron un rato y parecióles que tenía media legua
de boca aquella concavidad en que retumbaba el
ruido que estremecía la sierra y poco hondo. más co-
mo un horno de vidrio cuando más hierve." El caso
ha de haber sido cierto pues si Pernal estaba con-
forme ea algo con el autor de la Hispania Victrix el
hecho asentado no tenía duda. Tanto era así que Or-
daz alcanzó el derecho de poner el cerro humeante
c:i su escudo de armas.
Las excursiones de Montano Lnrios y el historia
dor Sahagún sólo son pruebas de la situación del vol-
cán en el sig'.o XVI.
So necesitaron más de dos siglos para que se
reanudaran las expediciones a la montaña (1727);
pero ya las actividades mortíferas y espectaculares
habían cesado. El 20 de abril de 1S04 el Barón de
HumDoidt observó desde San Xicolás de los Planchos
la erupción del Popocatepetl y describe nada más
la columna de humo que se elevaba por los aires en
una tarde serena. Se le atribuyeron después al vol-
cán terremotos parciales como el llamado de Santa
Teresa; pero los volcaneros avisaron que el gigante
estaba tranquilo. Es do esperarse que así continuo
que sólo de cuando en cuando dé esas señales de vida
que asustan a las-gentes.
..San Francisco Cal onero de 1922.
V. SALADO ALVAREZ.
^LRjtnnt juuuywiwifn
Mañana en esta página
PRACTICANDO LA CARIDAD
Artículo £ditorial de "LA PRENSA".
LAS DOS CONSOTÜÍIONES
Articulo del Lic. Nemesio GARCIA NARANJO.
AL MARGEN DE UNA HUELGA
Artículo del Lic. B. J. PEREZ VERDIA.
COSAS QUE ÑUNCA SUCEDEN
I VIDA CIENTIFICA:
Se han desalojado los polos de la tierra?
: β
EI Sr. Henry Rouiíeaux Dagage la afirma y lo apraefc
Traducción del frcncés para
LA PRENSA
Ea may&r parte Je los habitantes
de la Tierra cualesquiera que sean
sus impulsos o sus fantasías perso-
nales han tomado el partido de de-
jarla girar y no carecen de excelen-
tes razones para ello. Siendo arras-
trados sin su consentimiento en la
farándula universal giran desdv qje
lanzaron su primer vagido como gi-
raron sus abuelos la mayor parte del
tiempo sin preguntarse por qr.é ni
cómo ni eri qué sentido. ¡So da uno
tan poca cuenta de que forma parta
de! sistema solar;
Esta actitud cómoda les repugna a
los espíritus científicos que se dedi-
ca:! a pesar los mundos a jalonear
el ir.fiinto con hipótesis en ocasio-
nes próximas parientes de las nebu-
losas. y a discernir en. ol misterio do
la creación el formidable encadena-
miento do los efectos y de las causas.
Estos no son felices más que cuando
hallan o cuando buscan. "Felix qui
potuit " exclamú con convicción el
poeta.
El señor Henry Roullcaux Dugage
Diputado por el Orne es uno de esos
privilegiados para quienes el mendo
de los fenómenos parece ser anto to-
do un pretexto <'e especulación. Hace
algunos años compuso una *'Teoría
de los principios de lo absoluto" y
habiendo salido sano y salvo da los
arcanos de la metafísica la empren-
do ¿hora con Ja máquina redonda te4
ma más terrestre hay que decirlo
pero igualmente fértil en tanteos in-
geniosos y hasta en conjeturas des-
concertantes.
Según G:ililoo la Tierra gira y es-
to so puede afirmar ahora atrevida-
mente sin dejar de ser ortodoxo. S"
¿pero gira regularmente alrededor de
un eje inmóvil o bien este eje se ha-
lla sometidq a su vez a oscilaciones
no sospechadas hasta ahora?
Xo solamente está convencida de
ello el señor Roulleaux Dugage sino
que también nos persuade gracias a
una argumentación nutrida de hechos
observados y de deducciones irrecu-
sables al mismo tiempo que se apo-
ya en la autoridsd de los más gran-
des nombres d2 ciencia. Para com-
partir su opinión basta leer el estu·*
dio muy interesante que acaba de
publicar bajo su firma en el "Bo-
letín" mensual de la Sociedad de
Geografía.
El señor Roullcaux Dugago es pues
el inventor de una "teoría mecánica
*■ ■ ■
del desalojamiento de los polls'' cotí
firmada por las variaciones c e los c'
mas y del magr.eü--5mo terrestre po
•as transgresiones marinas por 1
modificación de los azimutes dil So
por el desplazamiento da la m iridia
na y por la precesión -de los equino
xios.
Hay un fenómeno curioso. La nía
yor parte de los i.icnumentos de 1
antigüedad pirámides. santuarios :
megalitos fueron orientados < η la di
recrió n. del Ijevaate. Ahora fciei·. est
orientación no es del todo rt;Tiros:
hoy y so encuentra la mis.na des
viaciCn en la generalidad di los ca
sos. ¿No habría en este so o hech
con qué justificar la concepción e:
todo caso muy verosímil y perfecta
mente admisible del señor Iioulleau:
Dugaire?
Naca de asombre so hay en que <
centro de gravedad terrestre i.ubier
sufrido en el curso de los siglos u
desalojamiento sensible. Divtrs.is in
-fluencias externas y divers: s modi
ficaciones internas en el sen> de es
te inmenso conglomerado qu i - onsti
tuyo nuestro planeta lian potad j bas
tar para determinarla. Hablando teó
ricamente si todo:; los señor1- s qu
viven o vegetan en la superíicia des
encantada de este mundo te halla
ran reunidos en el -mismo pur.:o. lo
Cien Kilos principalmente ¿so po
dría-afirmar que la rotación de núes
tro globo no sería influenciada po
ello? Recuerden usiedes la teoría d
las '-'pequeñas percepciones" del gra:
Liebnitz.
Pero haciendo a tn lado la.· i roma
el señor Roulleaux Dugage r.o es α
ios que toman las cosas a la liger;
y su hipótesis tan reí lexiorada co
mo luminosa !o prueba suficiente
mente. Remitimos a ella a nuestro
lectores.
Agr-garemos en alabanza del auto:
que pertenece como es -bien ;:abidc
al Parlamento y que sus oci pacione
científicas no son otra cosa que <
descanso austero de una ac ti vi da
fiel a su tarea y escrupulosa en i
qua atañe a su mandato. Kacie i¡¡
ñora que el señor Roulleaox Dugas
es el promotor del "voto familiar" i
novación que si llegara- a realizare
introduciría en nuestras contingen
cias políticas un poco más de jus
ticia y en consecuencia :!¡ daría ;
mundo una partícula de ese equili
brio que .le falta y que necerita *pa
ra girar bien."
Jules Lemu/el.
I PALABRAS DE ORO
PENSAMIENTOS >
EMBRIAGUEZ.
El vino tomado con moderación a
alegría del alma y del cuerpo.
Eclesiástico.
No mires al vino · cuantía ro^eaj
Cüando resplandece su color en el vaso:
éntrase suavemente más al fin com<
serpiente morderá y como basilisc*
dará dolor. Tus ojos mirarán cosas ex-
trañas y tu corazón hablará perversi-
dades.
Saiomón.
Procura estar en guardia contra e
placer del vino. Que es veneno para !«
virtud: el hombre de mejor índole s
se abandona a esa vil pasión muy lue-
go so torna intratable y feroz
r Confucio.
ENVIDIA.
La envidia hijo mío se mortifica a
si misma.
San Lázaro.
La .-envidia es hermana gemela de]
odio: es un disgusto por el bien o.ue
los demás poseen corroe fuertemente
el corazón y el bien ageno lo convierte
en propio daño.
Charrón.
Mejor es que te envidien que te com-
padezca.
Petrarca.
El hombre curioso que se cuida en
¡ demasía de los hechos de los demás
es por lo general envidioso.
Bacóru
MUERTE.
Hijo llora'.al. muerto y como pa
peligroso empieza a llorar.
Eclesiástico.
El ortremo de'todos íosma'es es <?i
contmr una muerte infelicísima ρ
haber vivido malamente.
Platón.
Los que despojar a los muertos
asemejan a los perros que mi;erdc-n 1
piedras.
Aristóteles.
Λ1 aía postrero miró empero ol mo
til y nunca lo tendrá mte feliz el hoti
bre antes que libre ya de afanes il<
ga a tocar al fin de la vidx
Sófocles.
LA PAZ REINA EN MEXICO
r) η (!
CIUDAD DE 1IECICO. enero 20.— I
Los periodistas tuM endonados publi- ¡
caren h ice pocos días muj ufanos un
informe oficiil en que sa resumía un
encantador ''.sin novedad" pronunciado
por la Jrepública entera. El general Se-
rrano Subsecretario de la Guerra pu-
¿o banc^ra b'.anca cη su Despacho co-
mo se ;<onc en las cárceles sin presos
0 en los juzgados sin causas y allo-
rozado mam.ú a los periódicos este
singular comunicado: "Durante el día
de ayer todas las jefaturas de armas
rindieron el parto de· sin novedad Es
la primara vez que <-su> ocurro en los
últimos diez años".
La noticia realmente era digna de
grandes titulares y de un regocijo ge-
neral ρ ·γ paite de los mexicanos·. Por
menos ¡ue eso o precisamente por lo
cor.trar.o: per el aniversario de la fe-
cha en quo los jefes de armas comen-
taron a dar euenta a la Secretaría de
Guerra entonces en manos d i gene-
ral Go; zález Cosío de las siniestras
novedades que nos trajo la revolución
hemos hecho '-días de fiesta" con des-
canso ' bligaorio para los empleados
pfiolico:· ν cierre de oficinas públicas
. na rbol (¿ra d-j pabellones en ¡as mis-
mas d· sde la peninsula ealiforniana
a la peninsula boisev.ki raC·sicas «n. las
calles t ic. etc. ¿Cómo no había de ser
lógico esperar tal como lo esperO re-
I gur&mente el s?ñor Ministro de la G je
rra que los mexicanos s> echaran lo-
cos de .--omento a las calles y fueren
ι η tumulto a dar las grac.as al mencio-
. nado señor Serrano y al señor Obre-
|j gón por su firmeza por su tacto por
j su habilidad j ara gobernar cstaJ Ee- |
] pública salvada al fin de las garras del j
mounstro re- olucion ario y definitiva-¡
| mentó cdiiELila d¿» esas setenta rail
\ placas que se Ilarar-n sarueo. demo-
cracia >olshevikismo. incendio fusila-
mientos. latrocinio en tocos sus formas
y brutalidad y salvajismo en tedas sus
inar.ife: aciones......?
S:ner.-ba.rgo La noticia pasó inad-
[ vertida. El ¡ burrido loe:or que- toóos
los día.·· compra el periódico esperan-
do e nco ítrar aigo nuevo y se ve siem-
" ;»re anta el misriu- horizonte pris di-
que nos habla el p«Ma P'iSÍ displiscen-
:e sobra el "gaudeamus" del ¡.-enera!
:iov< ano como esos enferme s que; ya no
quieren creer -n los proníisticos opti-
mistas del ηιέ-dico porcue saben qu··
su mal no tiene remedio y que a la
tregua de un día va a suceder el re-
crudecí; tiento de muchos me.·es. Por
.perderle» todo. hemos perdido !i:tsta la
sp:ran :a ele la salvación. Xo confia-
mos en las m -jorias momentáneas ni
:ampoci> en ics informes de los jeíes
de arm is.
Para ·1 cri eric de les señores ger.e-
rales d Div siún Don Eugenio Mar-
lins 1 on Joaquín Amaro. Don Juan
Andrew Aim u ár. o Don Arnulfo Go- '
me·/ qi i sigiííica uaa novedad? Si~- j
niíica 1 apariaiCn de grupos rebeldes j
■n sus · ominies la sublevación da una j
1 parte e s sus fuerzas un tiroteo una
chamusquina en toda regia. En cambio ;
c-1 s ftór Gener 1 Marge ;eí de las ar-
:nas en Yucatán acostumbrado a esas
pelotería cu; todos los cías ocurren ¡
én la r< gión q e dominan sus f uerzas
no \or& como novedades los asaltos a¡
¡os liac· η dados ni los incendios de fin·
cas ni ls m:-t iras. Seria» mucho cuen ;
1 o e so do cs x r informando todos los ;
días de hechos perfcctam» nte na.urae. j
y corrientes. Es. casi seguro que el "sin j
novedad * de Yucatán ejuiere decir qu·:·
les escá ldalos se están h-vando a cab·· ¡
.on la regularidad acostumbrada; el·
día que no los haya si habra motivo
para mandar : 1 señor Ministro de la .
(Hierra m mensaje concebido u estos ;
términos: 'Con la novedad de que hoy t
no corrió la sangro en "i ucatan—... ;
Y para les s ñores generales .unaro !
Λ lar tí nc: y Alraaz5 n do e;u n<*. de cía- j
mos qu - solo llaman novedades a a- |
qu· lias aue echan humo c que sacan'!
sanare como el incendio o la matani:a. j
s ¿querrá decir algo el que sus soldados ;
cometan txc .sos qie los obn ros se ¡
' mueran de hambre en Tomplco. que ¡
• t.ie levikis de la Lap un ha ;an de
¡as suyas y que las tierras no hayan
producido un mal tercio do rastrojos
este año?
Seguramente quo no.
« Y de alil que todos ellos hayan coin·
cid id o un día en el informe sin nove-
dad y que el señor general Serrano de
buena fe haya pensado que estábamos
ya al cabo de ia revuelta y que de aquí
er. adelante íbamos a disfrutar de las
dulzuras de una paz sin tropiezos ni!
quebrantes.
Loa periódicos sin embargo que-tie-
nen por oficio d.u· a conocer al público*
las novedades que ocurren se han en—4
cargado de quitarle al señor Ministre i
de la-Guerra sus ilusiones. Los corree-
pe ásales piensan de distinta manera!
que los jefes de armas. El rumor o el;
suceso desechado por el Jefe-de las Ar»i
mas ccnio indigno de figurar en el in—!
forme de las novedades a. la Secretarla^
3e Guerra es cogido por el correspon-
sal de prensa publicado por los peri6—
di "os y tomando en cuenta por el pu-
blico suspicaz que no quiere creer -en
el optimismo del señor Ministro^de 1*
Guerra.
Durante los últimos días los -pferió-i
dicos han venido llenos de informes'
alirmentes contrarios completamente^
a los que recibiera el general Serranou^
De un diario* de la mañana de recono-^
ci.Ia seriedad recogemos estas '"notas'
de paz" como llamaba irónicamente^
"K1 Mañana" de Rábago a los brotes!
revolucionarios del tiempo del señoe;
Midcro.
En la Sierra de Chihuahua- acaba d»
levantarse- en armas un señor Amaya
er-jefe de las defensas sociales que
acabaren con el villismo. Amaya anda
al frente de cien hombres y como tie-
ne cincho partido en Ciudad Camargo
y en los lugares cercanos se teme (asi
dice el periódico) que se le unan al-
gunas de las fuerzas federales que guar
necea estos lugares. ^
•'La. noticia—agrega el periódico de
donde la tomamos—fué negada en ¿uen
te.; oficiales como de costumbre pero
podemos asegurar que los datos sen
perfoct.imento ciertos pue3 de todas
part .is de la sierra se reciben noticias
sobre la sublevación".
En la Sierra de Puebla en el Sur de
las Huastecas y al norte de la Sierra
de Zacr-.tlán se sublevó el coronel Lin-
dero Hernández quien se dice que está
er combinación con el jefe serrano Ga- '
br.el Barrios de mucho prestigio en su
región.
En Ciudad Jiménez Tamaulipas es-
tán juzgando a un general que trata-
ba de sublevarse.
En T:unpico fué aprehendido el gene-
ral Daniel ilartínez Herrera que se su-
blevó hice tiempo contra el gobierno y;
se hallaba Ubre bajo su palabra de ho- m
nc r. · - .
En la Capital de Puebla los diputados
pMen garantías. pues temen que Sán-
chez cometa un atropello con ellos y
el pueblo está muy excitado.
En Guadalajara está pasando tres
cuartos d-2 lo mismo a causa de la·
pugna qu-? hay entre la· Legislatura y
el gobernador.
En Wichoacán se han dadr dos o tres
cp.:*03 <!e rebelión.
Y en esta Capital llevamos dos días
de esccndalitos con la famosa huelga
de panaderos que parece que se pro-
pagará por ^'solidaridad" al personal'
de la Compañía de Tranvías y por lo
pronto ha dado lugar a muchas riñas
sangrientas y a excesos de todo género.
Y si a todo eso agregamos la insegu-
ridad que hay en todas partes lo mis-
ni > en estas caiies alumbradas que en
¡o- arrabales o en los caminos; I03 a-
saitos de los trenes que se registran
en las goteras de esta Capital y a todo '
'.o largo de las vías férreas los avan-
ees del belshevikismo que está dando
por resultado la ocupación a mano ar-
m da de las fincas de campo por ios
olreros soliviantados tenemos que con-
venir con el general Serrano que nue¿-
ítl República está en paz y que el que.
se queja es porque quiere ..
EQUIS.
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EL COMBATE DE ALMGLOhiiA
rs D73 EXERO PE 1322.—En est-
illa se verificó el encuentro entre las
fuerzas del jxperio y las ue Bravo y
Guerrero.
La sublevación di Santa-Anna er.
diciembre d<l afo anterior motivada
por ha er s.do desaojado del mando
por las acusaciones que sobre él j>e-
sal-an ?i bien había sido vencido en la
batalla de Jalapa al zr.«lo de que dieno
jefe revolucionario sumaríente desa-
lentado. pretendía huir al extranjero
y lo hubiera hecho a no sor por D. Gua-
dalupe Victoria que le dijo que- aban-
donara el país sólo cuando cupiera tjue
ól había mu río no obstante osa re-
volución había sido secúnda la por Bra-
vq y Guerrero aa el Sur a donde se di-
rigieron ocultamente al salir de· la ciu-
dad de México el 5 de enero.
En cuanto 1 túrbida tuvo noticia de
!a evasión «le dichos generales para
'.uchar contra el impario envió iumedia
tament* en su persecución a! briga-
dier Arm i jo y como aquellos lograron
que se les unieran algunas fuerzas en
Chilapa. resolvieron como hemos vis-
to en anteriores efemérides salir ai en-
cuentro de las tropas del Gobierno pa-
ra lo cual se situaren en la colina de
Almolonga en el hoy Estado de Gue-
rrero. Allí levantaron fortificaciones
los generales pronunciados. Bravo que
l ilf> encargado de batir al enemigo desde
la.i alturas y Guerrero de impedir que
; se aproximara a las fortificaciones pa-
i ra lo cual se situó en la falda de aquella
loma.
Armijo al ver que los contrarios f-a
J atrevían a presentarle batalla íormó
sus tropas en disposición de combate
y <*mprendió la toma de la posición da
A molonga. Se entabló el combate y a
lo; primeros tiros cayó Guerrero mor-
tnlmeme herido atravesado el pulmón
1 por una bala. Sus soldados que vieron
caer a su jefe lo tuvieron por muer-
to y se retiraron en todas direcciones
ί Entoncus para consumar la victoria
i el general Epitacio Sánchez cargó con
j los granaderos del Gobierno sobre los
fugitivos y sobre las tropas rebeldes
j que ocupaban la altura pero acaeci6
que como iba a la cabeza de su colum- ·
■ na a les primeros disparos cayó muer-
to. pasando en aquel momento con sus
I acidados exactamente lo mismo que an-
tes aconteciera con los de Guerrero
' esto es qua huyeron.
| Pero como fué mayor la desbandada
| de los rebeldes el mismo Bravo fué
j impotente para conten-r el pánico de
i los suyos y tuvo que huir a su vez has-
j ta Pntla. Esto bastó para que el briga-
j dier Armijo se declarase vencedor y
(pasa a la 7aJ _J''
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 8, No. 2,467, Ed. 1 Wednesday, January 25, 1922, newspaper, January 25, 1922; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1069416/m1/3/?q=waco+tornado&rotate=90: accessed July 16, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; .