La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 5, No. 857, Ed. 1 Sunday, March 11, 1917 Page: 3 of 8
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DOMINICALES
El Conde Zeppelin
Los grandes periódicos americanos en una breve r.ota. en la página en
que el público lee esos cables de la cx.erra en los que salen siempre victorio
sos los soldados de! naís que pasa mejor Drecio a las agencias de informa
ción publicaron hace apenas tres días la noticia de m* en Charlotternburg
en pleno corazón de !a Alemania fuerte y brava había muerto el Conde
Zeppeiin.
La noticia vir-ne de I.or.dres j dice a secas que el Ccr.de Zeppelin mu
rió cerca de Berlin la tarde del día siete de ?.Ian-o.
La noticia puede ser arm.a de propaganda nacionalista en »~ta guerra
sin cu:'.r*el entro -ios raciones de la vida nueva entre «los civilizaciones o
puede ser verdadera conic la nue hablase de la muerte de uno de tantos
••orno °n el zanjón ^ris <.e las !rir.."heras. hacen uno y otro d:a la santa obla
ción de la vida en e* altar do la patria en peligro.
Para los combatientes la muerte de' Conde inventor constituye o pér
dida irreparable c accidente venturoso que se lleva y nara siempre lejos de
los campos del combate enconado a un ¡ucha;lor audaz que llevaba a la
cn-epta pelea armas formidables que no llevaron nunca los luchadores de
antaño ni los de < caño han llevado.
Para les cue estamos lejos de ¡i formidable giiraníomaquia «i"-- la ruerra
actual—cuyas muchedumbres armadas nos ha«*<m olvidarlos de las que
pasan armadas por las DÚíimas de Herodoto. de las qu» llenan las narracio
nes míticas do las guerras de ia (;rt-.:a heroica. <!o 1;.. espantable-5 leyendas
!*. ]•«« perras médicas ciando los persas barbaros arr'jaron sobre la Gre
cia feliz sus uos millones de hombres a contender con lo« trescientos hoplitos
i!e Leónidas. para it s oue .->tmos. porque la ?u~rte la "piso espectadores de
tru^eüia. |>vro aniri^iiados por «-lia tomo los que desde los asientos del
teatro ateniense presenciaren la representación de las He Esquile el mara
villoso*.—e! scio nombre de éste que hoy rinde su tributo a la buena madre
tier«*a. trae ti recuerdo de uno Je los n.ás arañiles triunfos si no el mayor.
<le nuestra edad portentosa.
La humanidad ha tenido al través de los siglos. dos grandes anhelos:
»-obar a los peces el dominio del fondo de! mar imperio misterioso en el que
nos hacen soñar primero antes que !a ciencia el encanto de los cuentos do
hadas y de u i.ira n tes y el arrebatar a las aves el dominio del aire. Dor más
que tras de ia inmensa conquista venzamos al suelo con las alas rotas pe
sarosos de habernos querido levantar sobre nuestra humana pequenez has
ta ¡as alturas invioladas de la divinidad.
Muchos años de raz. de paz fecunda que dejó sobre la inmensidad de
la tierra muchos campos arados muchas beilas ciudades muchos honrares
tranquilos mucho orí er. ias arcas cíe les afortunados y muchas rabias en
el corazón de les desventurados no ¡levaron a éstos formidables conquistas
que apenas si habían sn'o sueño en el espíritu de .Tuiío Venie que pobló
nuestro mundo con las doradas mentiras de sus novelas f>n la< que hay pala
bras que parecen salidas de la bo<*;t de lis arúspices c de las pitonisas de
los viejos tiempos y sólo supimos de ensayos más o menos afortunados que
nos daban la sensación de irnos acercando cada vez más a la conquista de
finitiva de estos viejos ar.helos de la humanidad.
Fue menester Ir. guerra madre de todas las desventuras para que se hi
ciese realidad para que se llevase desde les campos de la experimenta
tion hasta los del sprovechamicnto práctico lo que la ciencia lo que el es
fuerzo unido de muchos hombres que laboraron al mismo tiempo en lejanos
y distintos ¡ufares tie' orbe habían const'ruido tras esfuerzos sin cuento y
aun santificado con la sangre de mucha i víctimas.
C\jamío se hundió ei primor trasatlántico por el entallar de un torpe
do v.ue lanzara una embarcación misteriosa desde el fondo mismo de los ma
tes. supimos que la navegación submarina e»a un hecho que el capitán Nenio
tie la novela Oe Julio Yerre lia o in salido de un puerto teutón
V cuando las viejas ciudades europeas tu\ leron que apagar noche a
noche las luces «'.e sus rn.i.des vas tuminesas y aún las lámparas humilde.:
de les honres burgueses supimos que al *in v al cabo el Icaro de la leyen
da habla Ikv.-.do hasta los cielos sin que la luz del sol 'e derritiera las alas
y le hici-ra caer al suelo pv<: que llevaba hasta ias alturas invioladas de
las divinidades el mensaje de reto supremo de la humana inteligencia en
cendida en el fuco robado a los dieses por Prometeo el titán.
Y esta co.nquirta mara\ i. losa. llevóla a cabo ere viejo de sonrisa bona
choha que acaba do morir cerca de Berli.; mientras que los hombres do su
raza dan a los mundos el mayor ejemplo de fortaleza y de audacia y de
heroísmo uue los hombres de nación alguna hayan dado jamás.
El Conde Zeppelin lar.zo a ¡os aires esa flota tie naves encantadas que
perdiéndose entre la blancura de las nubes trajeron a las luchas modernas
i;i vision tie los combates bíblicos on los que desde el c'elo los arcángeles de
espada flamígera aniquila!-.;:: a tos couroaltinies con ias armas todopodero
sas tie la divinidad; tie aqueüas luchas de la Grecia heroica en las que los
diosas mismos tomaban parte activa ¡legando hasta los sitios mismos de la
pelea en el carro maravilloso de una nube a animar a los combatientes y a
arrojar sobre los enemigos los dai ¡o; maricos que Yulca.no mismo fabricara
ea io¿ talleres olímpicos.
Los hombree robaren a laj ave; el dominio del aire para matar a las
hombres para iiaccr. iic •■trayendo una numauMad nueva.
Y el Prometeo que robó a I->s cielos el secreto fué ese viejo noble teu
tón que acaba de morir en Charlotem burgo en pleno corazón de la Alema
na brava y fuerte y gloriosa.
De Londres viene la noticia.
Y Londres ha vivido race meses sin que una sola luz se encienda en
Ir.s calles ni en los hogares porque en la negrura de su cielo vuelan las aves
encantadas del Cor-le Zeppelin. aves de rapiña crueles y voraces que nada
respeten que llevan duelo v dolor a todas paites en el estallar de unas ma
quinas diabólicas.
T
Más va la paz t-:t revancha aprovechará la conquista para >>1 bien i!;
la misma hunmniilr.il dok rula ijuc hoy la paya con sanare
M. ?.ir/()i 17. BLANCO.
CUARTILLAS FACILES
DOÑA HERMILA DIPUTAD/
La niña Hermila se levan tu V.oj
muy temprano. Cuando paso el lecne
ro la muy madrugadora estaba ya
dándole lustre a sus zapatos-uno:
choclos amarillos preciosos de suck.
volada que le regaló su madrina c jar
i de se alivió del bazo.—y ya antes =«
i había confeccionado un mono encanta
i dor verde-aceituna y una is*;r' "
corbata r.cgrc-calanvr que de;:s
estrenar hoy domingo.
1 Porque hoy es el día en que la ni
ña Hermila se atavía de picos pardos
Es el día e-i ctue su corset Sabe par.
que fué inventado.' y en que el pa i ■
! lie arreza lo que es chupar sudoies
! <ic patricio y on que la manteca de
! puerco ejerce su funciones dotne.U
! -as «te amantar un manojo de cabeLo.
I r^beíues de una «lama moderna que si
|n0 os precisamente bonita almenes
¡tie::e un buen ver. un buen ancui >
! una dentadura postiza de calidad e>
' celente.
i Sm embarco a la buena señora que
i. tocó ¿n Luertc dar al mundo seme
! unte alhaja esto le co-ia despreveni
da La roble anciana «ue sabia le
que era estarse de rodillas tres heraa
justas rc.ando un rosario de qu;;:ce
misterios; que habia realizado muenas
vece» el prodigio intelectual de reci
tar en verso y sin breviario la no
vena de Santa Bárbara Doncella
que en otros tiempos y otras latuu
(le „e levantaba temprano pero pa
m ''hacer" las camas. !>ara fregar los
pi.os para lavar el bracero y «ar de
comer a las gallinas; ra «nena seño
ra nú» sabía de todo esto y de ayu
nos y de maitines y visilias. ee:
mos. no podía concebir que altruien >
meros su dulce retoñe madrugara en
•Juminvro se pusiera un cuello plan
chado. v ¡anda que te andaras. la
emprendiera a pulmón limpio con una
-K-rorata incongruente que. mas que
tal era una tarjeta de ingreso a un
manicomio. .
—Esta no es mi hija-decía- Me
la han cambiado' _
Y era que a la pobre señora no le
entraba en el caletre eso de "los la
zo- d«> union de! fec ims.vc se aprie
tan con el despertar de las reivindica
ciones populares." ni aquel o otro u
-no nos dejemos marear por el hu no
de la adulación." Ni nada de e.tu*
sut'lezas que no son otra cosa que
adelantos del pueblo y ref.naW.ento*
de un siirlo a entures© y desbocado
En cr.mbio. para la nina Hermila
e^u era el huevo juanelo. Coma de
un '"¿do para otro ensayaba actitudes
probaba „ te
—Quieres el -Ion ae. „.i i
«uardé elesle anoche mujer . la ie
i cía su madre.
í _No- I o oue quiero es manumisión:
' qUe 'caieaeí yugo; que *
¿ ..ictadura se conviertan en palillo
de dientes para que el pueblo se es
carne coi. ellos las narices. ¡Libertad
he ihi lo one yo quiero.
La señora se hacía a un lauo tíis
cretunente: cerraba las puertas co.i
siyilo v decía para sus adentros.
Jesucristo ayúdala! San Benito
<lc Palermo vuélvele la razón! Sanie
Niño de Atocha que se salve mi hija.
| ¡«evo ;quiú! La niña Hermila no ba
I jaba un punto a su locura. Se eneas
I nuetó el sv.mbrero—cinco inundas y
»»»° - " "«l;0
i ol ;etrato de den Venustiano se calo
! los anteojos y adiós!
I —Bueno señora.-» dijo a su ma
dre _si me buscan estoy en los co
! inicios. Probablemente no vengo a co
! mtr porque tenemos banquete los
1 miembros del club "Nanancam.lpa
'que es antirretardatario. Hay que
I! TIROS Al BLANCO !
| _J
CLUB DE MUERTOS
Mí: informan que los vecinos
del antes aleare puerto
(¡e Tampico on un arranque
de ese entusiasmo sincero
que cuando sale de! alma
casi no cabe en el cuerpo
en clubes morrocotudos
agruparse resolvieron
a efecto de hacer la lucha
para íievar a! eobiomo
¿e su Estado al prominente
señor don Luis Caballero
flamante "divisionario"
que no sabe de saqueos
ni ha vivido en casa ajena
tin permiso de su dueño
ni se ha "incautado" las joyas
sanadas que lir.bo en los templos
ü¡ ha fusilado a inocentes
r'p cualquier fútil pretexto
ni en fin. en pr:'etica ha puerto
i a? sahro-as en-c.~r.rzas
(¡el "Plan"' del cuatrccharquero.
('cu tan plausible r.;ctivo
los vecinos tar/ipiqueños
•i frites piden !a férula
del "irenera!" Caballero
(quie i se.ctln ¡as malas leniruas
; j.0 n~ es:o ñero ni aquella)
! para poder de srs manos
j recibir paz y progreso
' uues saben las altas dotes
del referido sujeto.
Pero lo chusco del caso
¡ a que me voy refiriendo
¡ es que entre los componentes
¡ de les clubs "caballerescos"
figuran (tan sólo en lista
| se entiende) cien o doscientos
individuos que del ijundo
sí marcharon hace tiempo
por más que de motu propio
ta! "excursión" no hayan hecho
ye que fueron fusilados
per los "amifos de! pueblo."
i Y así. cuando en !os periódicos
que sostiene Caballero
ce estampan 'a mar de nombres
! de "postulantes" lo menos
j que se figura ia {rente
I que ve los papeles esos
¡ es (pie a! ' general" de marras
adoran los tampiqueños
sin figurarse siquiera
que lo "postulan"'... los muertos.
V es tanta la simpatía
que troza don I.ui? que apuesto
a (¡ue el día que haya elecciones...
\an a las urnas los muertos!
DIPUTADA
Sevún cierta información
una hembra llamada llermila
out nunca bebe tequila
y aun odia ia "incautación"
| va a la Representación
"Nacional" de diputada.
porque dizque fué votada
' iiias ton las reírlas del arte
i rara que pueda ser parte
de la congresista hornada.
Doñr Hermila para el caso
de utilizar sus recursos
ya se aprendió cien discursos
que han de hacer un efertazo.
Pojó en un rincón e! cazo
y la olla de los frijoles.
' las laidas los "caracoles"
•a calceta y la costura;
«¡'as de la legislatura
l'nsi ti hi 5a. pliiiu rol. Xh.)
ser ; iconoclasta!
o-- fué !a niña y la señora se cru
zo de brazos diciendo con mayor for
vor: "San Henito de Palermo vuélve
ie la razón."
La niña Hermila ora doña Hermila
Gaiindo y el espectador era yo.
TIDERIO.
¡ REVISTA B£ U PRENSA jj
¡ Los principales periódicos de Nue-1
j va ^ ork. nos dan el siguiente extrac-j
j to de las opiniones emitidas por la I
¡ prensa de Berlín y París en sus edi
ciones de C del actual:
El "Temps" escribe: "Austría-Hun
STÍa en respuesta a la nota del pre
uder.te \> ¡.son en I3 que éste deman
daba precisar si la nueva declaración
relativa a la g*jerra submarina anu
laba la promesa hecha idespués del
hundimiento de! "Ancona" y el "Per
—a arroja sobre Alemania toda la
»?-poasabi!idad de las medidas de re-I
^ p.cjaua fingiendo olvidnr que la des'
li'. ucción de los navios de comerlo I
LP2;1' Alemania remonta al 20 de cc
j tabre de 191<í. Mucho antes de su;
! p: i ir.' ra declaración de 18 de febrero i
( de iüi.-j. Alemania había hecho va]
! Ziundir por sus piratas una docena de'
j hr. co.:. de les cuales «¡:io era norue- ¡
Igo; torpedeando un transporte de re-:
|fu?:aiio:- belgas e intentando hundir'
i iTn vapor hospital. La interdicción de:
¡ ccmercio proveniente de o con dcsti
• no Alemania por los aliados no da
j ta s.iio '.le! men de marzo y las preton :
! ':idas rep; esalias alemanas siempre
Ii:«a precedido a las disposiciones de'
j l-v- ajados. a las cuales han jj/gudo!
• responder." j
j í a ''Gaceta de Francfort" se abs- ¡
i tiene hasta e1 presente de comentar!
¡la nota de Zimmermann ai gobierno;
j de Carranza inclinándose a poner en j
! duda su autenticidad y declara en su
número de ó de marzo que es extre-i
madamente discutible que un docu
mento de tai importancia haya podido I
interceptado. "Esto acusaría—!
ag.eg-a—una grave falta de parte de
os servicios alemanes. Cuando uno se
prepara a una maniobra política pa
roeida os elemental disponer 'de agen
te-> y de medios de correspondencia
absolutamente seguros n'jts el se
creto es .a condición "sine qua non" I
del é::ito.'"
La • Gacela" c. itica en seguida en i
io que es en si misma la maniobra de ¡
^¡r.'mcrniann. y hace descansar su '
crítica en esta p'.-emisa: México y el!
J.'pón no podrían vencer en tres me- ¡
^ ses a los Estados Unidos. Y siendo 1
• rsí resulta inútil solicitar su apoyo. I
No se ve qué ventaja podría resultar j
a Alenani 1 de esa alianza con Mé >
r.n cuanto al Japón su ac.ituu j
| prueba que no está dispuesto a en
j -:ar en un conflicto con ios yankis.
i La 'Gaceta" ded'jce de esto que la
¡•iivuh'iH <m de ia neta do Zimmer
mann no puede satisfacer más que
.. íes ¡'lemanes que piensan "que la
gran guerra con los Estados Unidos;
sería en el estado en que se hallan 1
las cosas una verdadera felicidad." I
El "Eer.iner Tageblatt" se abstie- j
ne igualmente de todo juicio. Su re-j
»hurt ir en jefe Teodoro Wolff se
uombra con fecha ó tic marzo que!
sean precisamente el 'Taegliche Runds!
■•hau y von Reventlow quienes vi- •
luperen la »)>a;:Libra del gobierno I
alemán puc-s von Reventlo-v es una •
tie los 11 ie más insistieron en que Ale :
mania rompiera con los Estados Uni-i
dos. La 1 lea utilizar a Carranza;
'••mío intermediario cerca tío! gobier-1
no japoiK-r parece a Wolff demasiado
extravagante. Por contra George
Bern hard en la "Gaceta dde Voss" la ■
ueeíara perfectamente natural y agre ■
g.". <¡ue la oiiiijidn pública alemana
elogiará unánimemente al r°cretaiio
de Estado por haber intentado rea-1
.'izarla.
E! per.u.hco of:cioso la "Indepen
dencia Rumana" pu¡>!°ca un artículo
<*n el que figuran estos conceptos:
"Los alemanes creían encontrar en
Rumania abundantes aprovisionamien '
tes; su decepción ha sido la prime- '
ra recompensa a nuestros sacrificios
liemos quemado nuestros enormes
(P.'sil .1 1:1 í»;i. pl.in-l col. 3a.)
I
National Exchange and commission Lo.
REFERENCIA: "'LAREDO NATIONAL BANK."
La Casa de Cambio más antleua y preterida por lo- mexicanos. \g\DEMOS Ulllotos
do los Bancos Nacional de México y Lonlres \ .México todos tiel ano tie l>t¿ nara
atrás o de la rocha <ilie se nos liáslpiic. SITlAMi-'S il inero .\ll.XIC\Nu y AMI.ItlLA.VO
por JiL'ESTHA CUEN'IA Y HIESüO Y I II!HE DE GASTOS a cualquier población de Mé
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FOLLETIN Num. S7.
EL HUERFANO DEL
REGIMIENTO.
Por MAKC HAISIO.
h?!>ía o'.io al coronel Beauyéres que
había dado las referencias que poseía
ile Leroux. y a! sargento Bergmann
que conocía las relaciones de su ami
go y Antonia.
Tanto trabajo sufrido tanta fati
ga !a habían anonadado y la señora
Leroux tenia necesidad! de calma y re
poso. por lo que siguiendo los conse
jos de su abocado había marchado a
vivir a casa de su hermano hasta el
fin del pleito encargándose de diri
gir lo mejor posible sus intereses su
celoso defensor.
Ei señor Gilbert debía asistir desde
un prir.cipio a la prueba e indicar a
su amigo lo que había de hacer para
p::'iar en lo posible el mal efecto que
produjeran !as declaraciones; le habí?
de d rigir después durante el proce
dimiento con t inta cordura c<mo un
abogado lo hiciera y cuando fuera
preciso para dejar pasar el tiempo
necesario a fin de que los cargos
hechos por la señora Leroux se ate
nuaran sabría encontrar medios que
alargaran el negocie obteniendo apla
zamientos y aprovechándose de Ioí
rodajes del procedimiento quo t-<.no
cía a la perfección.
E! seño.- Gilbert liaría asistido a
esta vista ccn la autorización q' Le
r.>u>: hübía obtenido de! juez presen
tándolo como su defensor.
A pesar de los esfuerzos del agen
de negocios todos los aconteci
mientos venían a confundir al deman
dado. Este pleito no interesaba ai
caballero de industria más que de
un modo muy secundario; le importa
li mucho más estrechar su amistad
con el cabo del 2o. batallón de Afri
ca. porque pensaba que podía obte
ner de olí-1 glandes ventajas.
Los ilos amigos estaban constante
mente reunidos.
Lcroux servia de cicerone a Román
Gilbert que deseaba conocer bien a
Argel campo de sus operaciones en
lo sucesivo.
Un dia. mientras comían en un res
torant situado a la oril'ra del mar cu
yo dueño era un maltés el abogado
con pretexto de hablarte de su pleito
y de Antonia Gallo le preguntó:
—¿Xo lo ha vuelto usted a ver en
Talón?
—Xo salí al día siguiente del
Consejo de Guerra—respondió Jaime
Leroux.
—¿Y continúa aún allí?
—Así lo creo... Ya usted supone
J que no he vuelto a ocuparme de ella.
i~ —¡Naturalmente!
j —Pero aún no he dicho mi última
I palabra—dijo Leroux con un relám
! pago de cólera en los ojos.—Dejad
j solamente que termine mi pleito y
despJUés ¡Veremos si se pone al
¡alcance de mi mano!
¡ —Eso será en cuanto queramos—
¡ dijo Gilbert afirmando la opinión de
su amigo.—y el día en que so quiera
j saber adonde ha ido >a parar la Gallo
] no nos costará gran trabajo lograrlo
i El agente llevaba la conversación
j de una manera insensible al terreno
I que deseaba.
Tenia el proyecto de enterarse por
j medio de Léroux de la mujer a ifjien
el coronel del 1er. regimiento habia
• confiado el hijo de Antonia conoci
! do por El huérfano del Regimiento.
I Y añadió:
{ —Ella no me conoce; no me sería.
' pues difícil lograr relacionarme con
la señorita Gallo bajo cualquier pre
texto ideado cuando llegara la oca
sión.
Decididamente este señor Gilbert
' este amigo sería para Leroux un pre
cioso auxiliar.
—Debe estar detenida en Tolón
¡ porque su hermano se halla en la es
j cuadra del Mediterráneo.
— Pero puede volver a Argelia.
—También es posible y... con ello
! cuento.
j —Sin embargo estará retenida allí
por su hijo... no abandonó al ni
ño más que porque había resuelto
j matarse y me sorprendería que 110 sin
| tiera deseos de verle de nuevo.
—¡Puede ser!
—De todos modos si fueiu necesa
rio yo mo encargo de: medio de a
traerla a Argel.
Súbitamente hevido por una idea
preguntó Jaime:
—Si un <íía reclama a su hijo
j ¿tendrá el coronel que dárselo nece
sariamente?
—Eso.... según—respondió G¡I-1
bcri.—Será preciso averiguar cómo ¡
| han ocurrido los hechos. La posesión ;
' del niño po1;- el coronel debe ser le
i gal porque se trata de una criatura
abandonada y adoptada por e! regí-'
' miento merced a la carta de su ma- j
! dre que se encontró clavada en sus í
! pañales por lo que se habrá tenido
• que conseguir la autorización tanto
j de la autoridad civil como de ".a mili
tar.
—Sé que las diligencias se hicieron
estando yo ausente.
—Pt'ro para que pueda Antonia
Gallo ejercer una reivindicación el i
día que intente recoger a su hijo se-¡
[rá necesario que ostente el título que ^
hace valer.
.—¡Cómo!.... ¡Su título de ma
dre!
—Sí; si está recular y legaimenti
cstublscido....
—¡Ah!.... Pero hoy se sabe qui
c'.la es !a madre de se niño—dijo Le
rouw
—Es o no basta. ¿Cómo fué ins
crita la criatura en el Registro Civil
en el monten.o de nacer?
—Fué ¡a comadrona la señon
Thémard quien hizo la declaración
—¿Y cómo la hizo?
—Con arregle a la instrucciones
que secretamente le había yo dado
porque ya supondrá usted que están
do casado no lo iba a inscribir baje
nú nombre
—¿No está jnsdrito entonces má:
(Jic con el de su madre?
—Tampoco... Se inscribió cor
des nombres solamente* Antonia An
tony.
—Come al tratarse de un hijo a
dultcrino y conociendo la comadrons
el estado de usted no se podía obrai
de otro modo sin infringir la ley...
— ¿Entonces?....
—El niño está inscrito como «de pa.
dres desconocidos.
—Muy cierto.
—Pues bien: ¿tendrá Antoría Ga
lio algún dérecho sobre él?
—No puede recogerlo entonces'.' J
—A menos que lo reconozca
Pero 110 se 'inquiete usted por esto—
; añadió Gilbert;—ese será acaso el
medio que nos servirá para ¿raerla a
; Argel cuando sea preciso.
Y sirviéndose de la conversación
| que había llevado al punto apetecí-'
-¡do preguntó:
j —Dígame: al sO; adoptado ese ni-j
ño por el coronel del regimiento en I
11 que usted sirve ¿no se le ha dado aj
Juna nodriza?
—Si... a una viuda que tenía un
= j niño—respondió Leroux.
> —¡Ya sé! La señora Mouríés que
■ j es de Marsella y de la que es hermano
i el ordenanza del coronel de Beauyé
res.
! Leroux quedó estupefacto.
—Pero.... ¡usted está enterado!
i —L-eplicó.
—Es que mi querido amigo ya mt |
he ocupado de usted—contestó el a
■ gente haciendo alarde de su adhesión I
i'y habilidrvl.—Conocía las intenciones;1
• | que usted tenía v aproveché mi es-1
j tanda en Marsella para enterarme de
• cuanto le pidiera interesar. Sé cor.;
■ seguridad todo lo que a esa mujer se
I refiere....
¡ Y añadió con aire picaresco:
• ¡ —Sé aún algo más... ^
—¿Qué es pues?
i —iJem::iamc antes una pregunta.
—Como usted qjjisra.
. • 0
L! peían!!.-'':1 quena ante touo com
•íL.a;- las noticias que poseía sobre ¡>
c¡ niño robado en Masargues.
Quería conocer. por conducto rnúc
fidedigno (¡ue por la nodriza las cír- 5
eunsíancias del rapto.
Román Gilbe1. ¿ tenía el vago presen 3
t: miento de (.«Je Leroux podía no ser '
extraño a la que había pasado; ha- •
bía vivido mucho tiempo en Argel \
cuando estaba destinado al pelotón de
. ..eoita del gobernador general y r.o \
era difícil que en aquella época hubie- *
ra conocido a Silvano Senas.
El agente de negocios no creía
que Leroux hubiera sido autor mace- # j
i:al del 'robo porque sabía i¡ue no ha- . i
bía sabio de Argelia cuando se come- j
tió: pero había podido dar insUMc- ¡1
cior.es. * "
Preguntó:
—¿Ha conocido usted en Argel un
joven llamado Sénas?
—¿Senas?... ;No!... no recuerdo
ese nombre—contestó el antiguo sar- f
gento. 8
—Estaba empleado en casa de un
rico propietario el señor Spéraudien
que vivía en el bulevard de Vallée.
—Tampoco conozco a ese señor.
— 'Es un joven del que yo tuve que
ocuparme y del que aún me he de
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Lozano, Ignacio E. La Prensa (San Antonio, Tex.), Vol. 5, No. 857, Ed. 1 Sunday, March 11, 1917, newspaper, March 11, 1917; (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1067922/m1/3/?rotate=270: accessed July 16, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; .