El Regidor (San Antonio, Tex.), Vol. 24, No. 1142, Ed. 1 Thursday, January 11, 1912 Page: 3 of 8
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Una noruega terrible.
Hace pocos días llegó á París
una señora de bastante buena
presencia que so hospedó en uno
áe los mejores'hoteles.
Viajaba sola y vestía con ele-
fancía.
Preguntada por el hotelero so-
br· su nombre y circunstancias
dijo ser la señora de Roen no-
ruega de nacionalidad y sobrina
del ministro de Hacienda de di-
cho país.
Afirmó que viajaba para ins-
truirse y que deseaba ver los
principales monumentos y curio-
sidades de Paris.
Hablaba el francés bastante
bien y por eso no aceptó los ser-
vicios de un guía intérprete que
le propuso el hotelero.
Hace días la señora de Roen
salió del hotel alquiló un coche
y. dedicóse á visitar la ciudad.
Por la tarde y estando en la
calle de Montmartre preguntó
al cochero por la cuenta.
Este le pidió una porción de
francos.
Ella dijo que no los pagaría
porque en su opinión el cochero
quería cobrarle de más. El co-
chero enfurecióse y obsequió á
la señora de Roen con las frases
más escogidas de su repertorio.
Ella entonces se dedicó á po-
nerle corno un trapo pero en no-
ruego.
η ι *·»».· ..
Eii escañuelo tra.io ai tugar u«i
suceso numerosas personas.
Unas se pusieron de parte de
la sobrina del ministro y otras
en contra.
) Y empezaron también á gritar.
Varios agentes se aproximaron
y llevaron á la noruega y al au-
riga ά la Comisaría más inmedia-
ta.
El comisario pidió explicacio-
nes y después de haberlas oído
falló que el cochero tenía razón.
Este fallo indignó todavía á la
sobrina del ministro de Hacienda
4e Noruega.
- ¡Estas cosas no ocurren en
mi país!—decía. —i En Noruega
las autoridades se ponen siempre
«te parte del público y en contra
de los cocheros!
* ~ Pues en Francia no.
* -¿Conque no?
- No señora y tiene que pa-
sar.
—¿Pagar? Ahora verá usted.
Y la señora de Roen alzando
el paraguas emprendióla apara-
guazos con el comisario con los
policías con los escribientes y
con el cochero.
Su brazo armado del para-
guas parecía el aspa de un mo-
lino.
Quedóse sola en la Comisaría
y todos apelaron á la fuga.
Cuando cansóse de dar para-
guazos pidió que la llevaran á la
Legación de Noruega.
Pero como no ha pagado y sí
ha pegado tendrá que responder
ante los tribunales de su conduc-
ta.
1 a muerto en un inoondio.
propiamente no resultará do
Ja obra de incendiarios por» á
moñudo se sufren graven quema-
♦ 'urns que necesitan violentamen-
te la Pomada de Arnica óe Hue-·
1*Ion la más viólenla la más se-
filtra curación para las quemadu-
ra» heridas raspones escaldadu-
ras escoriaciones. Calma la i.;··
fí/tmaeíón. Mala el dolor. Alivia
cura. Hlimina las erupciones de
la piel lys< ulcras y las almor -
ranas
Yale solamente 25c. en la boli-
lea d" Κ. A.Chapa.
fZfw
ζ
§ Muy Importante
A fin de evitar demora· y
omisiones ne el envió de
XL REGIDOR ea de «urna
Importancia qne toa anba-
erlptorea al ordenar «1 oam
blo de residencia noe di-
ga». en que lugar lo reci-
bían anteriormente y i don
da daaaan qna ae laa vaini-
ta. Sin eetoa raqplaltoa no
podaraoe efectuar al cambio
ΊΦΙ
ALMORRANA* COMBAS EN β 014 OIAS
fe fcilfaarfo t»ámt»yMam áfemfl fu POMA
* ΜΗ"* ««mooAl^ler c«*r> <3# (MmorrariM
6)4 m*. fft tmn tAfmforr* GtmMwünt*!'.
t«x* 4 t'knmif*. 09 e*atA (it en hátíe*fú%
Un remedio herótco.
En ciertas regiones do Fran- 1
ua existo la creencia popular el3
que la picadura do bis abaja i '
( ra tin eXpcleute remedio para el
tonina artieu·:· \ y ahora resulta
quo la cioneni vioiio á confirmar
la leyenda con las experiencias
do varios un'dicos especialmente
mi Inglaterra. Λ los Caeos do
luweión refer idos por personas
c :gnas do erudito so unen los ex-
perimentos personales do los doc
toros Lamarehe. francés y Bur-
ton inglés quo lian empleado ol
tomedio contra formas muy peno
fas do la citada enfermedad.
Díoese quo los que padecen reü
ma sienten menos el dolor de la
picadura quo los sanos; y que des-
rufo do tres Λ cuatro horas el
foeto irritante so calma de to-
dos modos para dar lugar A la
hinchazón con la qtto cesa ó dis-
miunye el dolor. Algunos enter·
mos se curan en seguida; otros
afectados más gravemente deben
practicar varias veces esta cura
singular la cual. prolongada pro-
duce la ingenuidad por algunos
meses. Atribuyan η Ιοί 111 os médicos
(stos efectos al Acido fórmico
contenido (.'ti el veneno de la a-
I oja. y otros (\ una toxina espe-
cial que neutr.'lizít las del reúma.
DR. BATISTA
Tratamiento especifico de las t
·♦ rmedadee del recto y de loa ór
ttaiio» genito urinario· de ambo
•exoa.
Oficina: 204 8. Laredo St.
- '.*■**■ ·— -
La Nieta
— ¡De modo que estás comple-
tamente decidida que no te ar-
repientes?
-No.
Los dos ancianos se quedaron
un momento contemplándose con
profunda tristeza. Después el
pobre señor Dufrane ponióndó-
se en pie se dirigió resueltamen-
te hacia el brasero que ya había
empezado á encender.
—Has tapado bien todas lae
rendijas de la habitación?
—Sí todas.
Estaban resueltos á morir en
aquella mísera buhardilla. La
tristeza las enfermedas la mi-
se : ia la pérdida total de toda es-
peranza de felicidad les condu-
cía hacía ese "más allá" desco-
nocido que tal vez nos reserva
sorpresas agradables y que por
lo menos nos promete la certeza
de un descanso eterno.
El anciano arrodillado ante el
brasero hacía chisporretear el
carbón con sus fuertes soplidos
La mujer recostada en el des-
tartalado catre desprovisto de
todo abrigo dejaba trabajar á
su marido impasiblemente como
un pobre ser pasivo y resignada
cuyo rostro flaco y amarillento
.sin expreción ni personalidad
parecía el borroso boceto de una
mascarilla de cera.
El viejo por el contrario era
casi un gigante huesudo fuer-
te de nariz aguileña y mirada
viva y penetrante. Parecía ba-
ilarse tan decidido á morir tan
deseoso de acabar cuanto antes
que soplaba sin cesar el fuego
con verdadero anhelo de verlo
encendido. Aquel hombre debió
¡amar la vida en otros tiempos
con el mismo ardimiento que a-
¡ maba ahora la muerte.
Ya está dijo incorporándo-
se. * Ya arden los carbones.
Después quedóse un momento
contemplando ά su mujer con ex-
presión de Infinita piedad y afta-
(lió:
- ¡Ahí Nunca hubiera creído
morir de este modo # tan estúpi-
damente i Pero qué le he-
mos de hacerl i Nadie sabe lo
que le prepara la suerte! Lo Cí-
nico que pudemos Intentar es sa
car el mejor partido posible de
la vida... .1 iYo renuncio á ello».
Vaya vlejecita mía valor va-
mos á emprend^jtmtos el últi-
mo viaje. '
La anciana no contest/). Ten-
dida <m él catre lloraba amarga*
mente con la calma entre \m
mano*
INo llorea más! iNo te aco-
bardes á últimaihoral Efctae e-1
¡nanaciones que empiezan ya á
gecarnos la garganta no nos
traen la muerte lo que nos traen
as la paz. la liberad
Para aparentar energía dijo
la vieja:
— Deberías escribir al juez.
— iBah! ¿Para qué?.... ¿Qué
podría decirle? ¿Qué le puode &
él importar nuestra historia?
Cuando nos casamos hace cin-
cuenta años yo me consideraba
capaz de todo Es natural
parecía que todo nos sonreía en
la vida. ¡Yo tenia un buen em-
pleo; tú eras hermoea!— Nos
queríamos— iTeníamos veinte
años!— iQué lejos está todo
eso! ¿Y nuestro hijo? ¿Te a-
cuerdae de nuestro hjjotan gua-
po tan fuerte? |Ah! ¡Raúl po-
bre hijo mío reposa en paz! |Yo
bendigo tu memoria aunque al-
go de culpa tengas tú en el tris-
te fin de tus padres! —
— tNo remuevas ahora estos ro
cuerdos!
—Sí. Me sirven de consuelo.
Desde la altura de la muerteque
va á separarme de todo contem-
plo mi vida Deja que me bur
le de todas mis esperanzas fra-
casadas ¡Alt! ¡Si uno pudie-
ra saber Pero no camina-
mos en la existencia como por
la arena del mar vemos los pa-
sos que hemos dado; el porve-
nir permanece siempre envuelto
en la-sombra más negra.
¡Quién hubiese podido prever
el íin de nuestro Raúl! ¿Te a-
cuerdas loque dijo áaquel oficial
prusiano el arto 70? Aún me pa-
rece oírle!
4'Cuando yo sea hombre iré á
devolverle á usted la visita á
Berlín y llevaré también el uni-
forme de militar y un sable tan
grande como el suyo."
¡Pobre hijo mío!
—Sí;—respondió la anciana lio
rando. —¡Tan orgullosos que non
pusimos al verle con sus galones
de sargento!
—Toda la culpa la tuvo aque-
lla maldita mujer aquella cuple-
tista que le hizo desertar lleván-
dose la caja.del regimiento.
. —Bien cam pagó su falta
íillá en America al verse abando-
nado por ella y con una hija
pequeña!
-l<o recuerdo como si lo eatu-
• 'era viendo. Un día estábamos
*üIom en casa cuando oímos lla-
mar ή hi puerta . . . Kra él lle-
vando en Ι>πικο:> á la niña
i.os las dejó diciendo que iba á
in sentarse ή Ins autoridades mi-
li I a res....
Y al día siguiente se pegó
i*η tiro en el t uarto de. un lio-·
tel.
I'ero. iil menos tuvimos el
ι riisuclu de conserva!· a nuestra
nmleeita olvidando -pie era ) ι i i; ι
de....
Une Cierto es (UittCllo UO (|IIO
de i ni madre luí....
l'oco lardó cu seguir el ejcn»
ido de fii madie. vendo á correr
aventuras ν abandonándonos lit ti
ΙΊ'ρΐΙΠΙΙ' (Mi (111 ( Vil (MilIHOS VÍC-
„os. . . .
— Ε i IlÚií Ι<Ή para t'\ trilblljo....
ain embargo cuando ιιο I» ce-
pdm hi maldita herencia de )ji
madre. anulando sus sentimientos
«' inspirando un loco deseo do li-
bertad de.. . .
I/íi anciana calló con la ^ar^an
ni oprimida. Dimane se había
«enfado en ol sucio y contempla-
ba fijamente el brasero do donde
salía lerdamente la muerte dulce
ν líber!adora. .Viro á su mujer
V le dijo sonriendo ·.
Ms rjue va» (\ marcharle tó
l.i primera?
Al^uún (lió dos golpes en ).«
puerta.
Contrariado por ello jumo no
ímeriendo despertar bis HOHpeelié*
de etial/pner vecino cjuc hubiera
Violado el humo preguntó el \ i*»-
i
Quién llama?
Isabel! Vuestri\ niela.
Quedóse densamente pálido
al oiría i reflexionó durante fin
instante; hc levantó al fii> y α -
ϊ* rió )a puerta
Kntró precipitadamente tifia
mujer vestida con atrevida clr*-*
panela.
- Bueno» díaaí - dijo.- Pello
inmediatamente se detuvo sofoca
da y quino variar la puerta. JSl
viejo la había vuelto á ceiWff
Pero qtié pasa nquí ? ... Ajh
...Va lo adivino... No |w§-|
Dios no me quitéis la vida! .. i
\o oh daré cuanto jicceniféiH I..1.
Pomad!
j.| vació el bolsillo lleno de tu o
ncdas «obro el catre.
Tjra ese dinero. Demasiado eé
cómo lo has adquirido.
Pero abuelito!.. ..
-—Chilla; tú no orc« mas que
rna perdida. . Vo había «oña·
ιϊο en hacer de ií urja mujer ho-
nesta . ... Tú no quisiste serlo....
Poro como llevas mi nombre quio¡
ro que ahora quedes tirpif eon
nosotros.
Tai joven comprendió la idea
de su ¿ibnolo é intentó salir; pe-
ro el viejo se interpuso ante e-
¡la impidiéndole el paso.
—No saldrás de aquí.... Ya
que la suerte te ha traído
Quédate!
—Piedad abuelo! Soy joven
amo la vida f
—Para vivir como vive* es me
10r morir.
—Volverá á ser buena ή no
separarme de vosotros!
• -—"Va es tarde.
Quiso luchar revolvórsc aira-
da contra su abuelo; ñero éste
cogiéndola por el cuello la arro-
jó al suelo.
T.»n anciana atronizaba en el ca
Iré. füi buhardilla se llenaba d>
Mimo espesí im< y al cabo de u:i
niomenlo. la asfixia acabó su o-
bra.
<» o * f·
Kn la ealle y en la puerta de
;m casa. í'spern·»;» un elefante car-
inare. Un caballero aguardaba en
él inipíieirnt". Μ fin fallo «le
calma diio á »u lacayo.
Λ casa !
Y anadio paia él. nialhnniura-
(Λο:
—ÍOsta condenada Isabel es in
soportable con su manía de so-
correr á los pobres . . . Me car-
trail las horizontales que s.e las
quieren echar de. grandes señoras.
Jorge Le Mardeley.
:o:
Cumulo duelen las coyunturas
ν so sienten flojos ó contraídos
los músculos debe tratárseles con
el LINIMENTO DE NIEVE DE
BALLARD. Penetra on el lugar
en qjLio se nccsita y alivia ol su-
frimiento. Precio 23c. 50e. ν
*1.00.
Do venta en todas las drogue-
i ías.
.—·(·
Con asistencia di» todos los
miembros do la aristocracia so ha
.7 »
celebrado en Londres la inaugura
(ion del Teatro de la Opera Ham
morstein. representando al rey
rue anda por 1'» India Inglesa el
Príncipe Art nr.". de ('ominuglit. ^ \
puso en escena '"'(Juo-Vndis?" <lr»-
sempeñando el papel de protago-
nista el tenor Tíarrold.
llammerstein dice "La Voz del
í»<jt1o" cantaba en un vaudeville
basta hace cuatro anos. Vendió
sus derechos «'aeénicos <ίι el Me-
Iropolilan <!c Nueva York com-
prometiéndose además á no per-
geniarse como artista en los ti'a··
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Inmisiones Nocturna» Virilidad Mor-
dida Impotencia Atrofia Kstíe·
che» Houmnt.lsmo enfermedades
Organicas 6 Mal do lo* Hiftones do
la Vejiga Dol Ketomago ó del Hí-
gado?
81 Ud. tiono dolores en la espalda
eareeo do apotHo el Khtomólo a·
% crio Dolores do Cabeza Ataques
Jíillosos falta do tmefio #e siento
cansado y a1»atldó por Itix mañana*
de mal humor 6 irritable lid. dobo
poseer un ejemplar de eato valioso
libro. Kn él hallarfi U«I» explicado
en frases clara* y sencillas el porque
efltA Ü<l. sufriendo y como puede
V& recuperar la salud perdida φ
Millares de hombres han recupo*
fado su perfecta salud roa la ayuda
do esto valioso libro Ka en si un
monumento de sabiduría y contiene
precisamenlo ftfjueílt»*< cosas <iue to*
wi Pü i VI.MU Γ»™ ο ροι>τβ» cn«n«o ! BBwro sano 6 «nformo
No «aato U<1. *u ft Inoro en tratamiento* inutile hasta que haya lid. tolda onto
libro <ie principio ά fi» ήο «borrará VA mucho «lloaroy on ol vetk Ud. como tmw#·
Ud convertir**» on un hombro fuerte y robueto. Tonga prenent© quo este libro **
envMo ftb#oUit#me*it# Ñof»otros pagamos ol franqueo. En el «obro no apareco
nombre medic* tíéfawiS* #abrh lo qm *t mn« quo t7<1. Ponga VA. *u nornb*e
f completé / direeeí&ft #» oí «upon al pío reeortel© y ©nvjfnoelo por coircdj nowwroa
hnmno* oí roto.
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yiiwo» g»Tg cm»ow quatu hoy
For. jo® ust» * c© #*. 4tf *oe h mi» a»·. chk«e® ra β. u.
MefilM». «lo»t~Yo «etoy inlerewMo «h «1 Otare <1««* 0«tl» y 1.
deserta ÍM» »lrvl«»<> «tivlnrme por cortee an ejemplar del mtame.
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Nombre . . . *.........*. ..·...·*.·..*··.»««
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de Cruz, Zulema P. El Regidor (San Antonio, Tex.), Vol. 24, No. 1142, Ed. 1 Thursday, January 11, 1912, newspaper, January 11, 1912; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth1076098/m1/3/?q=%22~1~1%22~1: accessed July 16, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; .