El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 102, Ed. 1 Saturday, January 17, 1891 Page: 2 of 4
This newspaper is part of the collection entitled: Texas Digital Newspaper Program and was provided to The Portal to Texas History by the UT San Antonio Libraries Special Collections.
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EL
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: J:o:J:
Ahora, pues, cuando un buque
tiene en el vientre cinco pies de
agua, puede pasar por b id Tópi-
co.-" Vamos-d i jo el Capitán-me
parece que el señor Morell no se
quejará; hemos hecho cuunto lie-
mos podido para salvar el barco;
ahora es preciso salvará los hom-
bres. Muchachos, á la lancha lo
más pronto que se pueda. ..."
—Escuchad, señor Morrell-
continuó Penelónnosotros to-
dos queríamos mucho al Faraón
p io por mucho que quiera el
marino á mi buque,. mi i ero mucho
más su pellejo. Así, pues, no
nos hicimos de rogar, y el buque
por su parte, se quejaba } pare
cía decirnos: marchad pronto. Y
en verdad que el pobre Faraón
no mentía; lo sentíamos zambu-
llirse bajo nuestros pies, y en un
instante echamos al mar la cha
lupa y nos metimos los oci o den-
tro. El Capitan bajo el último,
ó más bien n<> bajó, poroue no
pieria abandonar e! buque. En
tonees le cogí por la mitad del
cuerpo y se lo arrojó á los cama-
radas; hecho lo cual, ni" pupeen
salvo. Va era tiempo. A;>enas
salté, se abrió el puente produ-
ciendo un ruido espantoso. Diez
ininii os después se sun; *rgió la
pro , luego por la po a y se puso
á dar vueltas como un perro que
quiere cogerse el rabo. Después...
¡buenas noches! punto conclido...
¡-e a-abó el Faraón! En cuanto
á nosotros, estuvimos tres di: s sin
come" ni bebei, y ya íbamos tra-
tando de echar suertes parasab' r
quien había de serbir de alimen-
to á sus compañeros, cuando des-
c ibrinios á la (ii randa, le hici-
mos seila, se dirigió háeia nosotn s
nos en\ ió su lancha y nos recogió.
He aquí como ha pasado todo,
señor Morell.... ¡Palabra de
honor! ¡;i fé de marino!... . ¿No
su emoción, cambió algunas pa-
labras con sus compañeros y vol-
vió:
—En cuanto á eso, señor Mor-
rell....
-s¿Que?
—El dinero.
—i Qué hay ?
—Señor Morell, los cantaradas
dicen que por ahora tienen bas-
tante con circuenta fréneos cada
uno y que ya esperarán por lo
demás.
✓—Gracias, amigos mi os, gra-
cias-exclamó Morell conmovido-
tenéis un corazón generoso. Si
encontráis un buen acomodo, no
\ '
lo desperdicies, estáis libres.
Esta última frase produjo un
gran efecto en los pobres mari-
neros. Miráronse unos á otros
s r~ rend'dos. Penelón, á quien
casi faltaba la respiración, dijo:
—¡Como, señor Morell, ¿nos
despedís?
—No, amigos mios-dijf) el ar-
mador-no, al contrario, no os
despido. Pero que queréis....
ya no tengo buques, de consigui-
ente no necesito marinero-.
4-
—; Cómo, que no tenéis bu-
desgracia, tan poco merecida*
mo las demás; y esto me
sistir en el deseo que tenia de
ros útil.
—,jOh!—exclomó Morell-¿<
podéis hacer por mi)
—Soy uno de vuestros may<
res acreedores, ¿no es esto?
—Sois por lo méuos el que tí
ne créditos contra mí á más coi
plazo. .
—11 )eseái ~una\*< >rta] prór
para pagarme ?
—Una próroga podría sal val
me el honor, y de consiguiente
vida.
—¿Cuanto tiempo pedís?
Morell vaciló.
—Dos meses—dijo.
✓—Bueno' —exclamó el extran-f
joro:—os concedo tres. ...
—Pero, ¿creéis que la ci
Thompson y Freneh. ...
—Tranquilizaos, caballero...,
eso es cuenta rnia. ¿Hoy estamo
a . <!•
.1II1 io
—Si.
-'-Pues bien, renovad esos pá'
garés para el dia 5 de Septiem-
bre ; y ese dia, á las once en
punto de la mañana, hora «pie
ques?-dijo Penelón.- Que, ¿ no | marca en este instante el reloj,
habéis de construir otros? Es pe- me presentaré en vuestra casa,
raremos, (pie, á Dios gracias, ya j Os esperaré, caballero--dijo
sabemos lo que es esperar. .Morell--y será pagada la deuda,
-—Carezco de dinero para fa- V° moriré.
bricar buques, Penelón-eontcstó, Estas últimas palabras fueron
Morell con una sonrisa triste.- j pronunciadas tan bajo, que el ex-
No debo, pues, aceptar vuestra tranjero no pudo oírlas.
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jada con más de 2o,ooo vocos usuales do ciencias, urtos y oficios, y
& que la Espartóla acaba do dar carta de naturaleza en el idioma
oferta, por generosa que sea.
Si no tenéis dinero no nos
paguéis-dijo Penelón ;-liaremos
como el pobre Faraón, niareha-
lemosá palo seco y punto con-
cluido.
,— Basta, basta-d al buceó Mor-
rell profundamente conmovido-
basta, os lo ruego. . . . ya nos en-
contraremos en mejores tiem-
pos.-Y dirigiéndose á Manuel,
su liel dependiente—acompañad
los, le dijo.
—Al menos, hasta la vista ¿no
es así, señor Morell¿—exclamó
Pensión.
Los pagarés fueron renovados.
El pobre armador tenía tr"s me-
ses para ruenir mis últimos re-
cursos.
El ingles recibió con su habi-
tuál frialdad las protestas de gra-
titud, y se despidió de Morell.
El. la escalera encontró á Ju-
lia; la joven hacía como que
bajaba, pero en realidad le es-
taba esperando.
-^-¡Oh! caballero--dijo cruzai do
las manos.
-••Señorita--exclamó el extran-
jero -algún dia recibiréis una
carta firmada j>or Simhad eljfo-
Oh, si, amigos míos, así lo riuo' IIaced nl Pié (U< 1,1 ^tra
acó/le f/e
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Hfiteá.
lor método con pronanciaoion figurada para .' prender el idioma in-
glés, sin maestro.—Está & la venta en <vín imprenta.
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o y malditas seaii las Mujeres.
es verdad, cantaradas ¿
l n murmullo general de apro-
bación demostró que <*1 narrador
había dicho la verdad cou toda
su triste exactitud.
• I
— Bien amigos mios-drjo 'Mr.
Morell-sois unos valientes, y de-
' V
uiasiado sabía yo ,ue en la des-
gracia «pie me abruma sólo debo
culpar á mi destino. Es volun-
ta 1 de Dios y no culpa de los
hombres. Adoremos la volun-
tad de Dios. Ahora decidme:
¿cuanto se os debe de sueldo?
—¡Oh, hall! no hablemos de
eso, señor Morell.
—Al c ntrario, hablemos-dijo
el armador con una triste son-
risa.
—Bueno, pues se nos deben...
tres meses-cojitestó Penelón. i
—Pagad 200 francos á cada
uno ile estos valientes-dijo Mor-
rell á su cajero-Amigos iiiíok, en
otra época yo hubiera añadido:
dad á cada uno 20Ó francos de
gratificación: pero los tiempos son
muy malos, y el escaso dinero
que me queda no me pertenece,
l^eidonac^.y no no me estiméis
menos por eso.
Penejón mostró con un gesto
•espero. Marchaos.
Hizo una seña al cejero para
que cumpliese las anteriores ór-
denes; los marineros se fueron
detrás tic él y Manuel los siguió.
— Ahora—dijo el armador á
su mujer y á su hija—dejadme
solo un instante con este caba-
llero.
Y señaló con una*niirada al co-
misionarlo de la casa Thompson
f Freneh, que había permaneci-
do inmóvil en un rincón durante
la anterior escena, en la cual solo
había intervenido en la forma
que han visto los lectores.
Las dos mujeres miraron al
extranjero, á quien habían olvi-
dado, y se rotiiaron. Pero al ti-
empo de retirarse la jóven lanzó
á aquel hombre una mirada su-
blime dé súplica, á la cual res
pondió por medio de una mar-
cada sonrisa, que un fiel obser-
vador hubiera extrañado en
(piel rostro de hielo.
Los dos Hombres quedaron so-
los.
—sCaballero—exclamó Morrel I
lo oue diga esa carta, por extra-
ño (pie os parezca lo que en ella
os encarguen.
-••Si---respondió .1 ulia;--os o;
frezeo que quedaréis servido... .
¡os lo juro!
---Pues bien. ... señorita....
continuad siempre siendo, como
sois, una buena hija, v espero
(pie Dios os recompensará dándo-
os á Manuel por esposo.
Julia se sonrojó.
El extranjero se despidió de
ella y se alejó.
En el patio encontró á Pene-
lón, que tenía en cada mano un
cartucho de cien fr. n os y que *
parecía vacilar en llevárselos.
• - Venid, amigo mio---le dijo--
tengo que hablaros.
El plazo concedido por el re-
presentante de la casa Thomp-
son y Frem h, enjjel momento que
! menos lo esperaba, paivció al
a- armador uno de esos cambios
que anuncian al hoinbr que la
suerte se ha cansiulo de perse-
guirle.
Desgraciadamente no todos los
dejándose caér en el sillón—vtodo acreedores obraron con la misma
lo habéis visto; todo lo habéis generosidad. Los pagarés ftr-
oído, y nada tengo que añadir.
—Ya he visto dijo el inglés—
que os ha suoedido una nueva
tnados por Marrell fueron pre-
sentados y pagados.
El comercio de Marsella, que
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 102, Ed. 1 Saturday, January 17, 1891, newspaper, January 17, 1891; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192903/m1/2/?q=%22%22~1: accessed July 17, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.