El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 121, Ed. 1 Saturday, June 13, 1891 Page: 3 of 4
This newspaper is part of the collection entitled: Texas Digital Newspaper Program and was provided to The Portal to Texas History by the UT San Antonio Libraries Special Collections.
Extracted Text
The following text was automatically extracted from the image on this page using optical character recognition software:
m*
i™
pí?1 ■> w«
ísum
Ví-i ' '
'£190
HB
S'l
®p'í
S j
ftw
wM® #$í« •■
■'•Ui- -W
bu intimidad, que estable-
á pesar de reprochárselo su
Ínciencia, como él mismo dice
jes no teuia fundamento algu-
^ u ua activa vigilancia en la
p|
Jna noche en que se quedó a-
m pallando á su amigo, al en-
jjp eu el aposento del enfermo
así como que Madama Wei-
que no había querido quena
asistiera á su marido, vertía
en una taza té; no.averiguó
ro tomó nota de la confusion
e habia producido su presen-
á la criminal. Mr. Wei ai se-
lla peor, y este fiel amigo deses-
aba de no conseguir una
eba, pues* esta-ba convencido
que su amigo era víctima de
mujer, cuando ménos.
tra noche entró á las tres de
I mañana al aposento á impo-
lfcrse del estado del enfermo,
líes él se habia trasladado á la
[adama Weise se había que.
10 dormida reclinada en una
a de noche. El amigo confie-
que en esa postura, y así entre
sombra y 1: luz aquella mujer
staba regia de hermosura. El
¡peño le habia sorprendido inieii-
US escribía una carta á Roche.
)tando éste que habia estado
íribiendo, se acercó de punti-
Bas, y leyó la carta, aún no con
Blida, creciendo su horror cuan-
B al final de ésta leyó! "El ve-
110 se me ha concluido, man-
íame más, pero pronto, pues to-
va perfectamente bien. Ni el
loscon de J. que se ha mudado
11 casa, malicia nada. Dentro
un mes estaré en 'tus brazos,
ira que no nos separemos sino
on la muerte, ya que la muerte
ios une con su lazo negro."
'. ■
M. J , su nombre no figura en
H proceso sino con esa inicial,
ló la carta y se fué .-i darle
fiarte á su amigo el vizconde de
revy, quien participaba de las
finísimas malicias, pues su médico
Tf habia dicho en cierta ocasión
| tratar de la enfermedad de
ly. Weisi:
,Mr. W eisi se envenena ó es
iivenenado.
Está usted seguro? le pre-
intó.
|—sSeguro lió, replicó éste, pe
tengo sospechas.
El vizconde se trasladó á esa
isrna hora á Tlemsen á dar el
¡arte á los magistrados, quienes,
giéndóse médicos, vinieron á
¡Mnfezza á media noche., y con
ie pretexto y. el de la gravedad
1 administrador, se fueron á la
II.
Ahora vamos á ceder el pues-
lá la relación textual que hace
colega, tomada del mismo pro-
de la captura de la eriitiH
ti
|>-Heñora, dijo uno de ellos,
is compañeros y yo acabamos
^convencernos que su esposo
usted está muy grave.
sNo, Doctor, replicó Mine,
[«¡«i sonriendo; exagera usted:
esposo no astá tan enfertno.
le momentos como el de ahora,
que parece estar muy grave,
H tío tarda en recuperar la sa-
el buen humor.
'ues yo insisto? añadió el
de muerte. (Nueva sonrisa de
Madame Weisi.) Está envenené-
do y udM es la envenenadora.
Mine. Weisi, sin perder la se-
renidad, •"¡jo sonriendo de nue-
vo: ,
—¡Eso es uua insensatez! \ En
que aventura pretenden uds.
complicarme i
—¿Tengo la prueba de que vil.
le ha envenenado, replicó el su-
puesto médico. Y el magistrado
presento á Madama Weisi la car-
ta por ella escrita á su am lite,
en la que pedia mas veneno.
—xjNegará usted ahora i aña-
dió el magistrado. Desde este
momento queda usted arrestada;
pertenece usted á la justicia.
No por eso se conmovió Mada-
ma Weisi.
—Está bien, dijo. Pero supon-
go que escuchará usted mis ex-
plicaciones. Esta carta t*s mía, no
lo niego. La he dirigido á M. lio
che, en las siguientes eircunstah
cias: M. Roche no es mi amante
ni lo ha sido nunca. Me era
• uy simpático, y lie escuchado
5
d«
cianhídrico " Este és el
nombre científico del ácido prú-
sico, veneno fulminante que es-
taba reservado sin" duda para el
golpe de gracia.
Tai
/:'/ Mensajero.
ambien entre las ropas de
Madama Weisi el magistrado en-
contró un billete de 100 francos.
—Ese billete, dijo ella, me lo
tía enviado M. Roche. Como to-
dos ^os maridos, el mío no me
daba bastante dinero, y por eso
M. Roche me hacia un anticipo
que yo seguramente le habría re-
embolsado.
Junto con ese billete apareció
una carta en que Roche le decía:
"Te envío esos 100 francos para
que puedas venir á España des-
pues <pie el hecho se haya reali-
zado. De lo demás me encararo
yo."
Madama Weisi murió horas
después. Estaba trastornada: al
morir dijo: 1 ponte el lazo negro,
Roche, y vamonos, nos botan,
nos botan."
Cuando Roche tuvo noticia de
esto, fué cuando e envenenó,
como dijimos al principio. M.
\\ eisi fué llevado al hospital, y
al decir del Pilit . Itriean, que
hace íntegra la relación, se con
fía salvarlo, pero quedará loco,
sus declaraciones de un amor | bien por los efectos del veneno,
que rayaba en la locura, y no le bien por el golpe moral.
ha cont 'iiiilo ni aún ante la idea de
un crimen; lié aquí mi única fal-
ta. Me compadecí de <-sc desdi-
chado que quería casarse conmi-
go. ¿No piensa usted i n que es i
toy casada i le decia yo. \ el me
respondía: l'.iesto t|tie su espo- ¡
so de vd. es un obstáculo, le lia
remos desaparecer, l'ara no irri-
tar su pasión insensata, y para:
impedir que cometiese una lo-
cura irreparable, lingí condes-
cender á sus proyectos crimina
les. Resolvió que mi esposo tu-
viera una muerte lenta, y para
lograr sus fines escoció el vene- ¡
no. Con efecto, |ue mandó algu-
nas porciones de veneno, pero
juro á usted que nunca lo lie da-
do á mi inrrido. De \ ez-eii cuan
do, para calmar la impaciencia
de M. Roche, le escirbí pidiendo I
le veneno, á'fin de hacerlo creer 1
que se me habia concluido el que
me habia mandado.
,—Está bien señora, replicó el
magistrado, ese es un sistema de
defensa que | odrá Usted emplear
oportunamente. Pero ahora síga-
me vd.
Entonces Mine. Weisi, so pie (
testo de vestirse, entró en su
cuarto y se envenenó. Los a bu ri
dan tes vómitos que tuvo la libra-
ron de muerte inmediata.
M. Weisi, que ignoraba lo que!
pasaba, fué advertido por el ma-
Nuera Oficina.
' ■ ülj
Desde esta fecha avilanto 4 nuentro suscritoreti. asi como al público
general, que liemos abierto en la minina casa de la Imprenta una Ofio !
ú donde se podrán dirijir euundo deseen comprar cualquier clase de mere*!
tías; nosotros nos encargaremos de comprarlas con las mayores ventaja
el marchante y remitirlas por correo, expreso, ó flete, Ins que por su peso
volumen, no se deban enviar de otra manera.
Toda persona que necesito Sombrero*, Camisa , Vetíi,¡o$, Pañí alone*
Choléeos, tasaras, Calzoncillos, Afeitas, y en titt cuanto se desée, nosnlro,
se los enviaremos al. recibo «lo su importe.
Condieion invariable: No atenderemos ningún pedido que no venga acón I
pallado del valor necesario para comprarlo, pues al hacer esto nosotros, solo'l
queremos demostrar ú los comerciantes de esta Ciudad, que nuestro pt-uódi
co circula, y cuando so hayan convencido de ello, obtener sus avisos, por esos '
es que ofrecemos gratis nuestros servicios on ese sentido.
Hlanuei ni. de la Garza-
* MEDICO, CIRUJANO Y PARTERO^
-de la—
Esci'KLA Nacional i e Mkoicina dk México.
Tiene su oficina en la calle de Hueiiavista iiúm. .* !<;
Horas de consulta: todos los dias de s ¡i ] ií a ni. y
San Antonio. ...... .Texas.
de ; á ti. p. ni
•>.
VÍ.
^,
i
>D
o:
Variedades.
MUJERES V ROSAS.
Rozagantes, alegres
frescas, lozanas,
la mujer y la rosa
son dos hermanas*:
llores divinas
impregnadas de aroma,
1 lenas de espinas
¡(>li mujer! Entreabiertos
y perfumados,
sus dos labios parecen,
acariciados
del tibio aliento,
pétalos de losa
que arrulla el viento.
, Calle de La-redo al Sur, No. 11,|
PC mi Kiteria Mexicana-
tiMiii lo. iiiejur^is i 1111 • rtitcJ4 *• V del l'uil
Habiendo añadido á mi taller un elegante y variado stixrfuio <1? raizado
fino y mrrietélr, j>ara Sefiorax, Señoritas, N i Tu.y Cabal ler< s, lo «.fresco á
precios muy reducidos.
Especialidad en obras de medida.
xr.M.
(IOS
01.
rosa
I)e la
s auras
sJ. Ñ Gantü, ,1
JOYERO Y RKLOJEKO.
Ofrece sus servicios ai público, garantizando satisfao
cion en la compostura <!«> relojes finos y corrientes.
En el RfttfO DE JOYERIA puede hacer todo lo
que se desee a precios n,odiaos
r> CALLE LA li LI >( >, al Sur. San Antonio, Tex.
gistrado
El de-dichodo se resis-
tió principio ií creer en
tía en
maldad tanta; pero tuvo que ren
dirse á la evidencia.
Cuando su mujer le dijo: ¡per-
dóname! se levantó como un es-
pectro y le dijo:
¡Vete, véte, miserable!
. —Si no me perdonáis por mí,
perdonadme por nuestros queri-
dos hijos, replicó ella.
—¡No, no te perdono! Hay
crímenes «pie no caben en la
imaginación humana y que no
pueden esperar piedad. El que
tíi has cometido es de estos. ¡ Vé-
te!
Al ver que no era perdonada,
madama Weisi recobró toda su
energía y dijo:
—sNo, yo 110 soy culpable. He
recibido el veneno, pero no se lo
he dado á mi marido.
Los magistrados hicieron un
registro minucioso, y entre los
vestidos de Mine. Weisi eneon
trjiroti algunas cartas de M. Ro-
che, su amante, que son las prue-
bas más fehacientes del crimen.
■ *
rV'.
w¿
al manso arrullo,
tus pétalos saliendo
d" entre el capullo
puros é ilesos,
parecen unos labios
que buscan besos.
En las agrias pendientes
de nuestra vida,
lo mismo á la bajado
que á la subilla,
triste, infecundo,
sin mujeres ni rosas
} qué fuera el inundo i
Si la gracia es aroma,
desde la infancia
rosas son las mujeres
pof su fragancia;
las más hermosas.
liosa y mujer, al rayo
• . del alba pura,
del amor y el rocío
cobran frescura-
más, con el frío,
El amor para en llanto
como el rocío.
Rivales en belleza
y en lozanía,
la mujer y la rosa
durante un dia;
pero su aliento
aún despuesde marchitas
perfuma el viento,
Mujer, si osado el hombre
tu honor ofende,
la virtud es la espina
que te defiende;
con ella armada'
serás, cuanto más dura,
más codiciada
Va amarillas, ya blancas,
ya purpurinas,
rosas verás acaso
faltas de espinas;
pero ¡ ay, paloma!
la que no tiene espinas
©8Í@N J&U1&
PANADERIA 7 ABARROTES. 1
Ku p*ti' urrciliunlo pstableeimicMo w «-lüborHti coi. «*1 jiih\ or «-«inoro y limpU-Ru, !« . mi'jftli§
huriiiH- d<* esto ulereado, y se dú iu;iiul 6 ínav, r eitntidad dt- pan por < ¡ iiinniu precio <jue *m
otras panadería .
Surtido p-neral d<" pnivisioiies á pn-eio bajo*:
20fi Calle l'ecos al Sur. - - - - SAN ANTONIO, TKXAH
HOTEL COA
-i.-m
C. PORFIRIO DIAZ.
N|ESA EXQUIJIH y BUEN gEVGIO.
ALEJANDRO CANALES, ruoriKTARio.
VENDEMOS EL NUEVO
Diccionario de la lengua Casteiln.
POR ROQUE BARCIA
II it décima edición dispuesta con arreglo á la última déla Academia y
aumentada con más de 2o,ooo voces usuales de ciencias, artes y oficio , y
lo.ooo á que la Española acaba de dar carta de naturaleza en el idioma
«a
El mejor método con pronunciación figurada |>ara aprender el idioma In-
glés, sin maestro—Está á la venta en ésta imprenta.
VENDEMOS
Los libros siguientes:
Upcoming Pages
Here’s what’s next.
Search Inside
This issue can be searched. Note: Results may vary based on the legibility of text within the document.
Tools / Downloads
Get a copy of this page or view the extracted text.
Citing and Sharing
Basic information for referencing this web page. We also provide extended guidance on usage rights, references, copying or embedding.
Reference the current page of this Newspaper.
Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 3, No. 121, Ed. 1 Saturday, June 13, 1891, newspaper, June 13, 1891; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192920/m1/3/: accessed April 26, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.