El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 182, Ed. 1 Friday, September 16, 1892 Page: 3 of 4
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.
n
"ilTTÍ*¿llijir. liVibif
que «o otro nícalo que loaj
Vi
fe
Pluma «le oro neoesitaríase pura
des-ribir cada proeza de Bravo. Al
héroe de Cfeilpanoingo ya :¿íe han
juagado severos historiadures y ya
le íihii cantado insigne poetas. Los
miopes le han visto de cerca. V los
misterios de aquella. alma grande,
debido al finísimo escalpelo de egre
gios esorit *res, bánse dejado mirar
á lo oj«w asombrados del vulgo, así
como los astros se manifiestan ni
innrnviiIodo alcance del telescopio.
¿Quién fiíé Nicolás Bravof Ksta
prega uta, al parecer de respuesta
tan fácil, uuti no ha sido contes-
tada.
Y n > hay temer! lad al asentarlo
asi: uno dicen que fué un hé^oe,
oíros que un hombre generoso, otros
que un filántropo. Entre asegurar
eso v asegurar una verdad vulgar
no hay ninguna diferencia.
AHI esta el Palmar, se dirá; l!i
é*ta San Juan Coscomatepoe; allí
esta el cadáver de Labaqui, que solo
creyó eu la bi&arr.a V temeridad del
jóven Bravo, cuando vid brillar so-
bre su frente el acero de los inattr-
goutcj ....-Todo es cierto; perol
acetónos del l'alinar, do San .luán
jpoaviomatepvc, ,} la ruda campaña
gostcuitia bu VeracruB contra los
soldados do Fernando Vil, no son
sino detalles del cuadro', rasgos bri-
liautes de cuyo conjunto Se deduce
un todo esplendoroso, un principio
único, lleno de vordud ó hijo de osa
filosofía de la historia, que así como
es inexorable, os justiciera ó impar-
cial. .No es ello un fenómeno y un
aspecto allómalo de lo hechos, sino
una U-y ta i eterna y tan inevitable
co«« o lo es la de la gravitación uni-
versal, y la del inmenso vaivén de
esas aguas del Oueáuo, que borras-
cosas se agitan hasta estrellarse
contra las áridaj rocas de la playa.
Nosotros, por otra parte, no nega-
mos que B avo haya sido un héroe;
uo desconocemos que sett acreedor
al dictado del hombre generoso; to-
do lo contrario, el concepto elevado
que bajo eso aspecto nos merece,
justifícalo nuestra admiración.
Buscamos en la personalidad del
ilustre mexicano algo mus signi-
ficativo, algo mas grande, algo mas
digno de su nombre y do sus hechos.
Si le comparamos- con Guzman el
bueno, vemos que la acción de éste
al aceptar el sacrificio de su hijo, un
niño inocente, tiene mucho de.feroz,
i pesar del patriotismo que la inspi-
ra, y mucho de tenebroso que estre-
mece el corazón; quiza allí anduvo
O pérfido grito del orgullo ó los con-
sejos egoístas dol amor propio, muy
característico de rudo castellano.
Dicen que la venganza es pasión
do los dioses, y Bravo, demasiado
humano y harto victimado su dolor,
rechazó tan negra idea, siguiendo el
virtuoso impulso d« su alma. Aquí
precisamente es donde nosotros ve-
mos que aquel ser extraordinario
empieza á cumplir con nn destino
superior. Bravo se transfiguró- de
individual se hizo colectivo. No
representó un hombre, sino un pue-
blo. Fué un símbolo y encarnó unu
revolución. Causa defendida por
aquel hombre jamas podia ser una
mala causa. Y este es el aspecto
. bajo el cual manifiéstase el caudillo
mas digno de ser glorificado. Com
batiendo entonces, diríase que com
batió para el porvenir. Su recuerdo
nos dice ahora: "Mirad, nuestra la-
cha fué ana lucha santa."
* ser obscuro que surgió de
▼a de Michapa, oual Aguila al-
de loa escondrijos ignorados
roca, llevando el pecho
esa brisa libro de laa
a) corebro enardecido
los trópicos, mejor
y n predestinado.
" * alli estuvo
______ « «didades del infinito. HealíziwU* sérei que lo enaltezcan, pues
uo fueron lujo de la ean a de tan glandes bienes, fue 4 morir oo-j tus hechos |)a#n tal -objeto le bastan
independencia. Hay una barrera, mo Sócrates A éste le mato una mas con persona® capaces de ojeen.
nn verdadero abismo entre el delito ley bárbara ' é ' inhumana; á tar análogos acto?, para obtenel el
y la idea. |£l delito es de tos ho n- Bravo lo mato un deUn- general respeto de ias extra fias co-
bros, la idea fué del puolno. Ksta cuente. j'mareas del inundo, en favor de la
y aquel no se pueden amalgamarlo- Necesitábase aquel sacrificio como qqe dimita con <4>1 gran placer de
mo yo se amalgaman el a/oguo v el una vindicación déla persona, no sor madre del hombre que, como
cieno. Tienen su sor aparte. K1 dol héroe. Aaí se acrisolo una con- Bravo, le dá común respeto y
uno es obscuro, el otro se manifiesta ducta de todo loa5 errores y de to-
con reflejos de luz v coloraciones daa las debilidades que,) como mu-
de luna. Lo blanco y lo negro so gistrado, pudieran hacer ligera som
aborrecen como las tinioblas y el ¡Mí* vida. Nadie ignora
8<)j Jque á Bravo lo envenenó su inódi-
Anal flrav.. em,. l i eumpHr "** D¡rl,u>o que e.to pini-
co., .u RraixBM. ."¡«¡o « I Hie-! * l"" "'•
torio? 4 Espnfla y i la Í plM l!j« al f#tm
posteridad que eu o™ e grujid.., "«Jo, p r. venir á 1 , poeten de. 1,
... i. .......o...;., tavu que sentir aquel dolor y tuvo
porque es la causa de la autouoniw
y del derecho; que ó. sintetiza el ti sufrir aquella muerte. Ñapo-
de la revolución, y que ceta revolu. | le">'«" '"• «ooneM.tr«
lleva otra raira ,,u- la do la "" b* "" l '1 "1 1 Nu-
vo coloso, como el de Kodas, so le-
vantó sobre aquella isla, imponién-
dose al mundo con su gloria desde
los mismos confines del Oriente.'.,..
Hoy se puede decir que, Bravo es
de nuestra época, y por eso le v«.
nios demasiado cerca, demasiado
humano, demasiado real. Pero la
personalidad de ese hombro liene
derecho á 1 . tubuloso. Si crea ramos
cion no
libertad de todo un pueblo.
¿Habia qite sacrificar la vida? A
Bravo no le arredro el infortunio.
El heroísmo para él uo fué hijo do
las circunstancias, ni de su amor
propio, ni de sus aspiraciones, sino
de su deber. Lo* golpes del mas
negro destino huí ici'on tic embotar
se contra aquella alma de broi « e.
Cuando el asesinato de su pudre u„ Olimpo, el fanático amor
I). Leonardo, oyó aqueHns gnmidos <k., OI,uraria m, e, uim ooU}H.
te traite figuración: lo divínizaria.
Suponiéndole .Júpiter, habría de
.luvotd \ertigO de lo pe- u| ..^rttí0 rayo do las vengan,t
/.its por .-Mi antorcha de fuego iir-
inortai que Imci luz eu los ncirros
abismos «le la conciencia y
que clamaban jus ieiu, miró correr
aquella sangre «pie demandaba ven-
ganza
qucflos. I.as rep'c•«lias de la lucha
brindaban traidor | r -icxto par at o
gat' los rugidos de u.. ooroson zahe '
rido, ultrajado, se<ÜeuUj do crimen ( arrtíhob„ y e8pió„d1(Jas
por el hervor de la sangre Pero¡(|e ^uronj
sucedió lo que e.a de esperarse. La
voz da la revolución dejos* oir;y los
horiaontes de aqindla conciencia de
iiifto se serenaron con una serenidad
infinita. Lo que l«s malas pasiones
pudieron juzgar tremenda fatalidad,
no fué sino una dicha Miprema: Bra-
vo no se pertene -ia; Bravo era del sl.V V
| pueblo, porque el pueblo se encar-
naba en él; Bravo, en ^eniiinu y
sacratísima r* present*cion de
la mas noblo d« las causas y ante
las naciones tod is del orbe, tuvo tjjue
produce
1 Arida<les
Ignacio Ojcda Verduzco.
Fuga de ¡ocales.
K1 generoso c ilustro héroe qne
libertó el indio sítelo del dominio
ibero, y lucho impertérrito con ejér-
cito «leí Norte, merejo por su pro-
ser inmaculado ¡Y fué inmacnla-, distinguido y noble, respeto
do.' Y fnc, como dice el historiador, extremo, ser victo como ejemplo
el caballero sin miedo y sin tacha digno de seguirse, v obtener unes
de la revolución. Para ello t,,Vo tro profundo reconocimiento: escul-
quo retorcer sus entrañas, tuvo que , piendo su no ni breen nuestros pechos
desgarrarlas sin pied ad; mas aque- j ooino «sondo que nos libre de suje-
llos girones ensangrentados desuir,on> siontlo sus hijos y su pueblo
propio Ser, arrojolos con satisfacción siempre dignos, generosos é inde-
y con orgullo al paso de la triun-l pendíanlos, aegun nos ensefio el
fantey gloriosa bandera de los iti-i hombro cuyo recuerdo recibo hoy
surg-ntes.' r^o pude ofrecer flores Í,lst° tributo < e nuestro respet., en
perfumadas por ofrenda en el altar ' renglones puost<m en el libro
de la Patria,puos alli estaban sus lá-' fl,,e eI pueblo reconocido lo ofrece,
su amargura y sw san- gj^ j.
A Nicolás Bravo, cuva conducta
, , )Jif. . , . . adtnir al mundo por sn magnani-
dol corazón, do aquel hombre, paral , ' .
. V | lindad, consagramos hoy la mas cía-
comprender que el tesoro mas gran-! . ._
1 , , . ... ra y grata significación, por la cual
de une hav en la tierra es la virtud. . , ...
1 ... , .... ., la nación toda solicita v movida por
Kstr. es la únioa perla que difícil- . . * 1
r pista y natural gratitud,, paga un
tributo á su digno hijo, por tanto
grimas y
gre
Basta con sondear
grande nombre.
SIN O.
Independiente aun de terribles
represalias, dictada)) justamente al
que sufre el posar do la muerte de
un p .dre, lovantaiso á gran altura y
liona el deber que la humanidad su-
giere al gentil capitán, valiente ó
intachable eu su vida, se apresura á
defender la I ndepeudencia patria, y
en la lucha grande y temible, ad-
quiere á la vez, la fama envidiable
de ternura, para el que so -¡nde,
sin manchar jamas ku espada en la
sangre del que ya esta fuera do la
guerra. Ayuda eficazmente en di
veroas bandlas durante la guerra
yankee y hace respetar la indepen-
cia Mexicana en valiente lucha, jefe
dol fuerte do Chapultepoc, hasta
qua la suerte mala y adversa hace
que se rinda, sin tener que echarse
en caía nada quepudicradesdccir de
su valentía acreditada. Imitará eso
gran capiian es deber del que ama
verdaderamente la Independencia
patria, y al darle en esta vez una
prueba de giatitud cu estas reduci-
das lincas, la esperanza de que ten
drá quienes fielmente le imiten, a-
ntma á quienes saben admirar al
general valiente y sin tacha.
SIN U.
A Nicolás Bravo, grande y gene-
roso hijo de la madre patria; admi-
rado no solo pyr nosotros, sino por
los mismos contrarios, obteniendo
por ello la euvidlab'e gloria de ha-
cerse, por decirlo así, inmortal para
la historia; á él venimos gratos y
satisfechos, é rendirle homenaje de
respeto, presentándole coronas in-
marcesibles formadas de ¡os pensa-
mientos nacidos en nosotros por la
memoria «le los hechos encaminados
no solo al engrandecí miento de Bra-
vo, sino á dar á la Nación Mexicana
renombre y gloria general; desean-
do halle siempre en los mexicanos
imitaciou.digna del comportamiento
do Bravo, ciertos entonces do la
firmo convicción de la Independen-
cia Nacional.
Luí* G. Soriega.
Trágico fin del Iioi-ot*
I>on Loonnrdo lira-
vo, piulrt' «leí invic-
to Don Nicolás.
mente habrá de encontrar el buzo
en el borrascoso mar de la vida! K) . . .
, . , ., . .. A. como supo alzar al país, apoyando y
héroe de Cliilpancingo so inanifostó , , / .
mas valiente triunfando contra el
rencor quo esgrimiendo la espada,
Esto tefiia sus manos en sangre;
aquello dió celeste aureóla á su
luchando con arrojo y patriotismo
por principios -antob. Tributo jus-
to pagado no solo con admiración,
sino con profuuda gratitud y cum-
plida voluutad; corona digna, para
(Fragmento de la "Carta Quinta'
del cuadro Histórico de
Bustamanto.)
frente. Ahogar una pasión cobarde j .... . . . , .
. , , * , , caudillo tan admirad. por la nación
equivale á tanto como a sostener de- .
1 . , , . conio por sus oontranos, y cuya con
sesper&da lucha con una arpíente,1 , x . , . . .
/ . . , , , . ; ducta y cuyos actos han sido motivo
y la victoria asi alcanzada implica1 , . ... , ,
J . ... ¡ canoa I y cumplido para gloriucar al
un heroísmo y una santidad. La, , . VT . ,, n
J pus y a! mismo Nicolás Bravo, ín-
8erpiente quedo muerta en las gra-
das de un cadalso donde no rodaron
las cabezas; allí empezó la apoteosis
y allí se vislumbraron ya los dinte-
les de la gloria.,
Despues, consumada la gian idea
mortal para la historia.
SIN i
En recuerdo «le Bravo, nombre
le no nos pertenece
conservando como es en los anales
hubo nn intervalo, una nube que no i de todos los pueblos, con la grande
debemos mirar: pa^o el tiempo basta' za con que supo coronar aotos gene-
la elevación de Santa-Ana á la mas i rosos, quo con volor grande luohó
odiosa dictadura, y • Bravc, hablen-1 contra las armas del Norte, durante
do luchado por aquellos días contra la guerra qne tuvo qne sostener el
los invasores de Norte-América, se pueblo; héroe ejemplar que en todos
Entiendo que para vd. y otros do
su medo do pensar no habrá sido
indiferente la relaoíon de otra Carta
de esta segunda época, relativa á la
suerte quo corrió I). Leonardo Bra-
vo. Dije á vd. que salió de Cuautla
en demanda de sn esposa, y que
tomo el rumbo de la Hacienda de
D. Gabriel Yermo, donde un tal
Tenorio, indio chino, le sorprendió y
mando á Calleja, el cual lo trajo
entre los prisionenos. Puesto en la
cárcel de corte oon sus compaíleros,
que no nos pertenece solo á nosotros; se ocfepo el oidor Batallerdo tomar-
le declaración é instruirle la causa
para oondenarle á muerte. ftu las
comparecencias judiciales procuraba
á un aldeano de
ayudase & llevar la cruz á
Rodeutor, y pudiese caminar
vario i sufrir la muerte, tem¡
lio se les muriese eu e| Camino
el grando peso de élla. Toda
Ila mónita festiva y coincdimie
de Bataller, d «fea pareció o tía
preguut & Bravo cuantas'
habia perdido, y respondió oon dig<k
n¡dad....A7/¿yurt^! Los circunstantes !
conocieron el efecto quo obró en
taller esta respuesta, efecto que
es para concebido, reviniéndose vd. „
desús afectos,quo para e*plicadopor
mi pluma. Concluida la causa, se
trato de llevar á efecto la sentencia
do muerte que recayo sobre élla:
temióse al puoblo, y asi es que el :v
gobierno dispuso que Bravo y sus
socios se trasladasen á la cárcel de
la Acordad* en el silencio de la uo-
cho. El batallón do América espe
dicionario y otros varios piquetes
se formaron en toda la carrera y se
municionaron, como si fuesen á en-
trar en campaña. Encargóse de ex-
traerlo do la cárcel el llamado conde
de Colombini, ayudante de plaza, y
seguramente «jecuto esta operación
con la complacencia que desempe-
ñaba ios mas odiosos encargos délos
esbirros- Bravo marcho con la mis-
ma dignidad y entereza con qne
avanzaba en campaña sobre sus ene-
migos, y con la misma se condujo en
los dias do la capilla. Notóse pt¡ el
público cierta agitación de sorpresa
que llego á eutender el viroy, y a í
es quo víspera de la ejecución titu-
beo sobre si la llevaría o no á « abo:
llamo á los auditores de gueara Ba-
taller y Foncerrada para consultar-
les, y se noto mejor disposición para
!a clemencia en el primero quo en
«1 segundo, á pesar de sor america-
no, pues exhorto al virey á que se
mostrase firme é inexorable. De
hecho, U sentencíase ejecuto la ma-
ñana lunes H de, Septo robre de
1812. Dijeronse en muchas iglesias
>le México misas por la buena muer
to do este caudillo, y seguramente
que en el acto misino do espirar se
estaba ofreciendo en la Merced, Sa-
gran ) ^ Knseñanza la sangre de la
víctima más inocente que lavólas
manchas de ios hombres, y lavaría
(como lo espero de su clemencia) las
de nuestro héroe. La piedad de los
mexicanos se contrapuso á los temo-
res de la tirania, y todo esto «e hizo
públicamente en .os altaros de ánt.
ma. Asimismo murieron en ese día
D.Luciano Perez y José Mateo
Piedra. En la nocho do este mis-
mo infausto día salió de México la
señora esposa de Bravo, á quien
hizo trasladar en ooche para Tehua-
cán D. Francisoo do Arco, que^for-
inaba sociedad con los llamados
Guadalupes, hombres benéfioos, á
quienes debió mucho la patria, en
aquellos angustiados dias. Caminó
p«.r la vía de Apam con escolta de
1), Eugenio Maria Montafto, ooinan
Hante de este rumbo; y á no haber-
se tomado tan prontamente esta me-
dida, el virev la hace arrestar.
*
ofusco, se desvaneció, dejando, «in
embargo, esa oauda luminosn, esa
estela de átomos de sol y de diaman
te qne los astros j los meteoros de-
la- ti niebla*,
sus actos revelo amor verdadero al
hombre, respeto- al desventurado;
colocamos com nn homenaje jauto
nnestr. s mal forjados renglonss.oon Bataller hiao que le trajesen noa
mostrarle el mayor cariño, no por
que ie lo tuviose, sino por arranpai^
le secretos que le «onvenia saber.
Bravo padeoia una desinteria cruel
que no le daba punto de reposo, de
modio que estaba en continua agita*
ciou; en uno de los vértigos que tuvo
OI JAÜHTEMOCS.
Cuauhtemoc significa en mexicano ¡
"Aguila quo cayó;"no plugo al cielo -
Que cuando quiso sujetar su vuelo
Vencido fuera ol lidiador hispano.'
Trascurrieroh los*igloa,yfué en vano ,
Quo'l pueblo diera creces ásu anl
En sangre tinto de Anahnác el
Soportó las cadeuas del tirano.
Brilló por fin de libertad la ic
Y al recojer el saaonado fruto
La tierra colonial se enseñorea.
No dolgranCuauhtemocel triste!
Lleva ya la nación; boy vi«
Al héroe que de patria es ;
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Cruz, Pablo. El Regidor. (San Antonio, Tex.), Vol. 4, No. 182, Ed. 1 Friday, September 16, 1892, newspaper, September 16, 1892; San Antonio, Texas. (https://texashistory.unt.edu/ark:/67531/metapth192975/m1/3/?rotate=270: accessed July 17, 2024), University of North Texas Libraries, The Portal to Texas History, https://texashistory.unt.edu; crediting UT San Antonio Libraries Special Collections.